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VISTO / OÍDO
Columna
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El imperio de la ley

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid no admite la querella por corrupción en la Asamblea de Madrid. Ni cree que haya que investigar. Y: el fiscal de la Audiencia Nacional reclama que se ponga en libertad al genocida y torturador de argentinos Cavallo. Y: el fiscal del Estado retiene al fiscal contra la corrupción en el caso de las mafias de la construcción y los tránsfugas. Hay que saber algo más, dice, y lo que ha resuelto el Tribunal Superior de Madrid: no ha lugar. Acatemos, pues. El imperio de la ley no admite vacilaciones. Yo, por mi parte, llevo desde 1936 bombardeado, desde 1939 acatando a mis bombarderos, y así sigo.

Además, tampoco soy socialista. Me fueron simpáticos y compadres cuando, sin dejar de acatar el Imperio de Franco, me dediqué a la clandestinidad: una de mis partes estaba dentro de la ley, mientras la otra conspiraba. Pero ya los socialistas van a estar fuera. Berlusconi llamó "capo" y "nazi" a un diputado socialista: alemán, que es a los que hace más daño esa comparación. Más o menos lo que le llamó la Aguirre a Simancas: Goebbels, le dijo, al hombre más tímido, pacifista y bueno de ese partido. Aunque hay muy buena gente, según otros: la Sáez (la de la firma Tamayo & Sáez) acaba de decir que ella está con Zapatero, que es una lumbrera. Parece, en todo caso, que los socialistas son "turistas de la democracia" (Berlusconi). ¿Qué democracia? La forma de gobernar del que obtiene el poder por la vía de la propaganda, lo ejerce mediante interpretación de leyes que existen y crea las nuevas para poder evitar a los terroristas y a los comunistas; naturalmente, a los socialistas que pueden terminar dando alcaldía a los que en Navarra son legales después de todas las leyes, pero inquietantes.

Por tontos: ya se ve lo que han hecho en Madrid, culpa sólo de ellos. Para eso está el imperio de la ley. Franco lo utilizó. Ahora, si se juzgara a Cavallo, ¿habría que hacerlo con los asesinos y enterradores cuyas víctimas se están descubriendo en fosas comunes cada día? Como las víctimas de Cavallo, los muertos eran rojos, muchos socialistas: y Franco, como estos fiscales españoles, defendía la democracia. Y los socialistas tendrán que pasar a la clandestinidad. Bueno, ya están casi en ella.

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