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El Instituto de Contabilidad propone que todas las empresas adopten las normas internacionales en 2007

El presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), José Luis López Combarros, dijo ayer, en el curso El buen gobierno de las empresas, celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), que ha propuesto al Ministerio de Economía que todas las empresas españolas tengan adaptada su contabilidad a las normas internacionales (IAS) en 2007.

López Combarros explicó que este proyecto que igualará la contabilidad de las empresas españolas a las europeas tendrá tres fases distintas. Los grupos cotizados en Bolsa deberán presentar sus cuentas con los criterios internacionales en 2005. Por su parte, las firmas cotizadas pero que sólo ofrecen cuentas individuales al carecer de filiales, podrán seguir llevando su contabilidad con criterios españoles, aunque a partir de 2005 deberán adjuntar un suplemento (balance y cuentas de resultados) que ya reflejará las normas internacionales. Para el resto de sociedades propone que en 2007 presenten sus cuentas de acuerdo a las normas IAS, lo que supondrá un cambio total del Plan General Contable.

En el curso intervino también el presidente en España de Deloitte & Touche, Carlos González Fernández, el cual apuntó que la creación de los comités de auditoría supone una mejora clara para las firmas auditoras, que tendrán "un acceso obligatorio al consejo de administración, cuando antes sólo se podía recibir información de los ejecutivos de las empresas".

Por su parte, Ignacio Santillana del Barrio, director general de operaciones del grupo PRISA, explicó que es necesaria una mejora en la calidad de la información que ofrecen las empresas a los accionistas. Así, fijó tres grupos de accionistas (internos, institucionales e individuales), y dijo que éstos últimos han vivido una ilusión de conocimiento de los mercados durante la reciente crisis bursátil que les ha llevado a invertir en empresas que sólo creían conocer. Santillana puso un ejemplo elocuente sobre los excesos vividos en las TMT (telecomunicaciones, medios de comunicación y tecnología), "en las que el 12% de su valor bursátil se justificaba por valores fundamentales y el 88% restante por expectativas".

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