Sanz promete un Ejecutivo "fuerte" contra "el totalitarismo secesionista"
El presidente regional promoverá un modelo sanitario mixto
Un Gobierno fuerte para una Navarra que reforzará sus señas de identidad en la España constitucional frente a los "totalitarismos secesionistas" y que no "dará tregua" a ETA y a quienes la apoyan. Tal fue la principal promesa del programa de investidura que Miguel Sanz, candidato del pacto entre UPN y CDN a la presidencia autonómica, leyó ayer en el Parlamento foral. Sanz será reelegido hoy presidente gracias a la mayoría absoluta que suman su partido, UPN, la marca navarra del PP, y la CDN de Juan Cruz Alli.Los partidos de la oposición consideraron la intervención de Sanz "extremadamente vaga" y "continuista" y mostraron su preocupación por las medidas de privatización de servicios públicos esenciales, especialmente la Sanidad, anunciadas por el candidato.
Durante cincuenta minutos, el actual presidente en funciones desgranó ante la Cámara una batería de intenciones pactadas para los próximos cuatro años con sus socios de CDN.
La seguridad en su elección gracias al voto del grupo de Juan Cruz Alli simplificó el ligero discurso preparado por el candidato. En apenas 23 folios, el presidente de UPN resumió los planes del Ejecutivo de coalición, y buena parte de ese discurso estuvo destinado a recordar a las víctimas de ETA, definidas por Sanz como personas "sin miedo a los intolerantes" que "proclamaron sus sentimientos de identidad con Navarra y con España". En ese sentido, volvió a prometer que UPN impulsará "un plan de seguridad en pueblos y ciudades amenazadas" dentro de una estrategia global que garantizará el trabajo "público y privado" de los representantes constitucionales en los municipios, cuyas medidas no llegó a concretar.
Presencia en la UE
Fiel al eje tradicional del discurso regionalista, Sanz sostuvo que "del Viejo Reino con excesivos temores y complejos ante la influencia de otras realidades políticas circundantes", Navarra ha pasado a ser "una moderna y próspera comunidad" que defenderá su identidad en todos los ámbitos, incluido el europeo en el que Navarra "reforzará su presencia" a través del foro de encuentro de las regiones europeas con competencias legislativas.
Al margen de proclamar un afán integrador para todos los ciudadanos, hablen "euskera o no", Sanz se limitó a rescatar algunos de los grandes proyectos que no pudo aprobar durante la pasada legislatura, entre ellos la reducción de impuestos o el impulso a controvertidos planes turísticos, como el desarrollo del esquí en la reserva natural de Larra.
Uno de los aspectos que más temor generó en la oposición es el anuncio de que se promoverá un modelo sanitario mixto, antesala, según criticaron los portavoces de la izquierda y el nacionalismo vasco, de "privatizaciones" que pueden redundar en una rebaja de la calidad asistencial. El candidato regionalista citó expresamente el apoyo del Gobierno foral a una iniciativa privada de la Universidad de Navarra, el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), que va a ser cofinanciada con las aportaciones de grandes grupos empresariales españoles.
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