El bajo coste del dinero dispara la fiebre inmobiliaria
La compraventa de viviendas, uno de los factores más importantes que han mantenido a flote a la economía estadounidense, alcanzó en mayo nuevos récords, tanto en viviendas nuevas como de segunda mano. Los bajos tipos de interés han contribuido decisivamente al fenómeno, y no hay señales de que las sombras que cayeron sobre Freddie Mac, la segunda financiera de hipotecas de EE UU, hayan afectado al negocio.
Las ventas de residencias nuevas subieron un 12,5% en mayo, hasta alcanzar 1,157 millones de unidades. El incremento es el mayor desde septiembre de 1993, y en el mercado sólo hay nuevas viviendas para cubrir la demanda de tres meses y medio, las existencias más bajas en cuatro años. Con más rapidez se volatilizan las viviendas de segunda mano, que en mayo se vendieron a una velocidad que alcanzó el tercer lugar en el ránking histórico.
La tensión consumidora tiene su contrapartida en un creciente endeudamiento y en un menor ahorro por parte de las familias. Recientes sondeos de opinión indican que uno de cada cuatro estadounidenses duda mucho de su capacidad para hacer frente a sus deudas.
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