"Lo mío no fue un accidente, fue deliberado"
Martin Shaw, activista inglés de 38 años residente en la masía ocupada Can Masdeu de Barcelona, salvó su vida de milagro cuando el pasado día 1 un policía suizo cortó la cuerda que le mantenía suspendido de un puente en Aubonne (Suiza) mientras participaba en una acción de protesta contra la última cumbre del G-8. Cayó desde más de 20 metros sobre el lecho de un río seco. Quienes le conocen, e incluso los médicos, aseguran que está vivo gracias a su fortaleza física.
Desde entonces se encuentra ingresado en el hospital Chuv de Lausana, donde le han operado la columna vertebral, la pelvis y dos veces el tobillo, cuya recuperación no está resultando fácil. Este diario habló esta semana por teléfono con Shaw, justo después de la segunda operación del tobillo. El activista asegura que se siente "fuerte" y con ganas de recuperarse "para continuar luchando". "Dicen los médicos que pronto podré andar", dice.
Shaw afirma que su caso es "sólo un titular que se inscribe dentro de la criminalización de los movimientos sociales". En su opinión, "la represión policial ha ido creciendo en la calle, en las comisarías y en los juzgados, y se muestra con especial violencia en las movilizaciones de los colectivos que denuncian el modelo de globalización neoliberal". Desde esta premisa, el activista inglés repite una y otra vez que lo suyo "no fue un accidente", sino "una acción deliberada". "No sé si a título individual u ordenada por la policía suiza", apunta.
Shaw ha recibido muestras de apoyo desde todo el mundo, donde miembros de los colectivos antiglobalización exigen que se investiguen los hechos del puente de Aubonne, que se depuren responsabilidades y que las autoridades suizas costeen la hospitalización del activista. "Son ellos los que me han hecho daño y está muy claro que como responsables tienen que costear mi recuperación", manifiesta el afectado.
La solidaridad se ha hecho notar especialmente en Barcelona, donde Shaw vive desde hace dos años. En la ciudad, los actos de apoyo han sido organizados por un grupo de miembros de varios movimientos sociales en los que figuraban un buen número de sus compañeros de Can Masdeu, como los dos jóvenes que ayer finalizaron la protesta del Consulado suizo. "Cada vez que he tenido noticias de las muestras de solidaridad me he puesto a llorar de emoción. Es increíble lo que la gente está haciendo por mí", afirma Shaw.
El activista asegura que quiere regresar a Barcelona "cuanto antes". Nacido en Londres, Shaw ha vivido en varias ciudades europeas antes de recalar en Barcelona. "La capacidad y ganas de movilizarse de la gente en contra de las injusticias es lo que me hace vivir en la ciudad".
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