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Los profesores franceses logran que el Gobierno aparque la descentralización

Durante varios meses, con intermitencias e intensidad fluctuante, buena parte de la función pública francesa se ha enfrentado a los proyectos de reforma del Gobierno conservador. En líneas generales puede decirse que el Ejecutivo parece capaz de progresar en la dirección que se ha fijado pero, en el terreno concreto de la enseñanza, los profesores han conseguido varios de sus objetivos. Así, la universidad no gozará de mayor autonomía, tal y como pretendía el ministro, porque ésa podía ser una puerta abierta a la privatización de ciertos centros y a dar un estatuto de legalidad a las diferencias que, de facto, ya se dan entre universidades supuestamente idénticas.

Tampoco serán transferidos a las regiones los 110.000 funcionarios no docentes -como enfermeras y consejeros educativos- porque ésa podía ser una vía a la discriminación puesto que no se darían los mismos servicios en las regiones ricas que en las pobres. Por último, el Gobierno, que pretendía liquidar los 25.000 puestos de ayudantes no docentes -empleos para jóvenes que ayudaban a mantener el orden y el funcionamiento de los institutos-, se dice dispuesto a renovar la fórmula.

Nueva huelga esta semana

Pero esas "victorias" de los profesores se inscriben en un marco más amplio, el de la reforma de las pensiones de jubilación, y ahí, como todos los funcionarios, los profesores verán cambiar su estatuto y como de tener que cotizar sólo 37,5 años deberán pasar a cotizar 40 en una primera fase y 41 dentro de 8 años si los fondos sociales no permiten abonar lo convenido. Por esa razón, pero con un grado de movilización que ahora es difícil de predecir, los sindicatos convocan a una nueva jornada de protesta el próximo jueves.

Los exámenes del Bac -el equivalente de nuestra selectividad- se celebraron el pasado jueves con plena normalidad para los 326.336 candidatos en las áreas de Letras, Ciencias y Economía y los 185.534 del área tecnológica. La amenaza de boicoteo a los exámenes se tradujo en unos pocos incidentes, de escaso relieve. El número de profesores en huelga rondó el 9%, un porcentaje que en ningún modo puso en peligro la celebración de las pruebas y que tampoco amenaza la corrección de las mismas.

El jueves los alumnos tuvieron que lidiar con la prueba de filosofía. Los procedentes de Historia y Economía tenían que resolver, en ese contexto social agitado, la cuestión de si "¿el diálogo es el camino de la verdad?". Para el ministro Luc Ferry "es una de las condiciones para alcanzarla, pero no la única". Para los sindicalistas "es paradójico que el Gobierno no haya meditado sobre el tema", mientras que para el sindicato de estudiantes "lo paradójico es que el ministro no se haya inspirado en Platón para instaurar un verdadero diálogo social en su ministerio". Aunque no todas las preguntas tenían una incómoda lectura política.

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