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Crisis en el PP de Jaén al rechazar ocho de los 14 ediles el reparto de delegaciones del alcalde

Los disidentes, entre ellos el presidente provincial, acusan a Sánchez de Alcázar de "traición"

Ginés Donaire

Un terremoto político ha sacudido las estructuras del PP de Jaén apenas unas horas después de la reelección de Miguel Sánchez de Alcázar como alcalde de la capital. Los ocho ediles afines al aparato del partido han rechazado de plano las delegaciones que el alcalde anunció la noche del sábado. El motivo es que se sienten "traicionados" por haberse incumplido el pacto alcanzado el 6 de junio con la dirección regional para consensuar las concejalías entre los dos sectores enfrentados en el grupo municipal, el que lideran el alcalde y el presidente provincial, José Enrique Fernández de Moya.

Las dos partes se muestran inflexibles en sus planteamientos. El alcalde, que ahora está en minoría dentro de su propio grupo, defiende que la elaboración del equipo de gobierno es su "competencia y responsabilidad legal", y que su confección se ha hecho teniendo en cuenta el "interés general de la ciudad".

Sin embargo, los ocho ediles disidentes le piden que rectifique y que asuma el pacto consensuado en Sevilla con el secretario regional, Antonio Sanz. Sánchez de Alcázar expuso ayer mismo al secretario general del Partido Popular, Javier Arenas, sus planteamientos, aunque no trascendió el resultado de la conversación. Mientras, el presidente provincial y número dos de la candidatura popular, Fernández de Moya, comparecerá hoy lunes en rueda de prensa para explicar las causas que han truncado el "consenso" en el reparto de poder, que él mismo vaticinó tras la victoria electoral del PP.

El cisma en el seno del Partido Popular se venía palpando desde el ecuador del último mandato por las diferencias tan profundas surgidas en el partido en relación con el caso Bariloche, donde se investigaron los negocios del concejal de Urbanismo, Miguel Segovia, en una discoteca. Segovia se enfrentó con su compañera de Corporación y secretaria provincial del PP, Inmaculada Solar, al culpar aquél a su familia -propietaria de los terrenos de la discoteca- del retraso en la expropiación.

Equipo de afines

La división interna en los populares jiennense se hizo especialmente visible durante el proceso de elaboración de la candidatura municipal. El sector afín a la dirección provincial presionó hasta última hora para que Miguel Segovia, mano derecha del alcalde durante la última legislatura, quedara fuera de la lista. No fue así, aunque el partido sí que logró hacerse con la mayoría en las listas y en el grupo municipal pensando que eso tendría reflejo en la distribución de las áreas de gobierno.

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Sin embargo, tras su victoria electoral, y después de que sus allegados filtraran la escasa colaboración prestada por la cúpula del partido, Sánchez de Alcázar se ha sentido fortalecido y el sábado por la noche, horas después del pleno de investidura, anunció su equipo de gobierno en un comunicado. Además de mantener a Segovia al frente de Urbanismo, el alcalde ha dado todas las tenencias de alcaldía y, por tanto, la liberación en el grupo municipal a sus cinco ediles de confianza, obviando el reparto pactado con la dirección regional.

"Me siento completamente traicionado y le exijo radicalmente que cumpla el pacto", espetó Miguel Ángel García Anguita, uno de los ediles disidentes además de vocal del comité electoral regional. Y añadió: "Parece que ha querido castigarnos, pero él debe respetar la disciplina de partido y a su presidente provincial".

Su compañero Gustavo Martínez, al que el alcalde ha colocado en Tráfico después de pactarse que asumiría Hacienda, también fue explícito: "Me gustaría que lo reconsiderara, el acuerdo no era malo para ninguna de las partes".

Fuentes de la dirección provincial relacionaron ayer el cambio de postura de Sánchez de Alcázar con las presiones que habría recibido de sus ediles afines. De hecho, la votación para la investidura del alcalde el pasado sábado se realizó a mano alzada con el objetivo, según las mismas fuentes, de evitar cualquier rebelión interna que habría impedido la reelección de Sánchez de Alcázar.

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