Precarios y 'deformados'

Uno de los mayores problemas de España a la hora de competir con otros países es el deterioro progresivo de la cantidad y la calidad del empleo. Según muestran los últimos datos del Ministerio de Economía, el ritmo de crecimiento de la contratación en España ha caído de manera brutal, desde el 21,3% de 1995 hasta el 0,9% de 2002, y el número de contratos indefinidos ronda el 9% del total de los registrados en el Inem.

No sólo hay problemas en la creación de empleo. La inversión en formación del trabajador, que según el estudio dirigido por Emilio Huerta es uno de los pilares sobre los que se asienta la competitividad de cualquier empresa, es mínima en España: 21 horas por trabajador y año frente a las 50 horas que, por ejemplo, reciben los alemanes.

El ritmo de crecimiento de la contratación en España ha caído de manera brutal en los últimos años, desde el 21,3% de 1995 hasta el 0,9% de 2002, según los datos del Ministerio de Economía

Según un estudio de la escuela de negocios ESADE, España es el tercer país de la UE por la cola en inversión en formación continua. El tipo de empleo de los españoles tampoco coincide con el perfil diseñado por Huerta: el estudio indica que un 35% de la población trabaja en tareas repetitivas, y ésta es la cifra más alta de toda la UE. La temporalidad es además un círculo vicioso, donde los trabajadores no están motivados ni comprometidos con la empresa y ésta invierte menos en su formación. La tasa de temporalidad está en el 30,26% -entre el 15% y el 20% en la industria-.

Para Huerta la eventualidad es sólo una parte del problema. El sistema de incentivos de las compañías españolas es "muy tradicional", y en la industria suele estar ligado a la productividad: el 49,5% utiliza este sistema y sólo el 11% recurre a otros más sofisticados, como los ligados a los resultados de la fábrica. Las empresas tampoco son muy imaginativas para ajustar plantilla: las prejubilaciones mandan.

Estos datos explican por qué las políticas de recursos humanos son un desafío para la competitividad española. Hay excepciones. El 28% de las empresas ya se han dado cuenta y desarrollan políticas avanzadas de gestión de personal.