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La OPEP aplaza un recorte de producción ante la falta de crudo iraquí

El cartel se toma otros 50 días para decidir mientras el petróleo alcanza los 28,40 dólares

Fernando Gualdoni

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aplazó ayer un recorte de la producción de crudo a la espera de que Irak vuelva a exportar al mercado internacional. Recientemente, el cartel comprobó que al menos hasta finales de año Bagdad no podrá poner en marcha su negocio y por eso decidió posponer el recorte. La OPEP se ha tomado hasta el 31 de julio para revisar su decisión porque cree que el mercado está equilibrado, a pesar de que las existencias de EE UU están muy bajas y que el precio del crudo alcanzó ayer los 28,40 dólares en Londres.

La OPEP ha adoptado una posición expectante y no moverá ficha hasta el momento en que crea que Irak está listo para reanudar sus exportaciones de crudo. Basta que Bagdad pueda llegar a poner un millón de barriles diarios para que el cartel dispare los mecanismos de defensa con los que se ha estado armando desde que finalizó la segunda guerra del Golfo a principios de abril pasado. Porque hasta ese momento, y desde que comenzó la crisis de Irak en diciembre pasado, la OPEP había ido a salto de mata, tapando fugas donde aparecieran. Primero, la huelga petrolera venezolana; luego, la paralización del sector nigeriano por la escalada de la violencia étnica en el país y, en el mismo momento, la crisis del mercado previa a la guerra y el periodo mismo del conflicto.

Tan pronto como acabó la guerra (antes de lo que había previsto el propio cartel), la OPEP se vio forzada a reducir la producción para evitar un desplome de los precios y, al mismo tiempo, compensar a Venezuela y Nigeria, que tenían que producir más para recuperar sus ingresos, y otros como Argelia, que, dado que habían tenido que extraer al máximo para suplir el crudo que faltaba, ya no querían volver a sus cuotas de antes porque les representaba importantes pérdidas.

Solución salomónica

Por ello, a finales de abril pasado, la OPEP recurrió a una solución salomónica y rebajó la producción total del cartel en dos millones de barriles diarios, mientras que subió la de cada uno de sus miembros hasta que entre todas sumaron un aumento de 900.000 barriles. En resumen, bajó su producción en 1,1 millones de barriles hasta los 25,4 millones diarios.

Este nivel es el que mantuvo tras la cumbre de ayer en Doha (Qatar): por una lado, porque está en vigor desde el pasado 1 de junio (por lo que ayer aún era muy pronto para modificarlo); y por otro, porque el precio del crudo beneficia al cartel, por lo que, de momento, no hace falta bajar la oferta para impulsarlo. Ayer el barril superó los 28 dólares en el mercado de Londres y los 32 en el de Nueva York. A pesar de que la OPEP siempre ha defendido una banda de entre 22 y 28 dólares por barril, a nadie escapa que cuanto más arriba esté de la banda, mejor para el cartel.

Tanto fuentes de la OPEP como analistas internacionales atribuyen la escalada del crudo de las últimas semanas al bajo nivel de los inventarios estadounidenses, en vez de a una escasez de crudo en el mercado. Lo cierto es que los últimos picos de la cotización registrados han coincidido con la aparición de los informes del Departamento de Energía de EE UU, certificando el descenso de las existencias. El último, conocido ayer, muestra que las reservas disminuyeron en 4,6 millones de barriles diarios durante la semana pasada, el descenso más brusco desde enero y una caída que duplicó la previsión del mercado. Los inventarios están ahora en 284 millones de barriles, un 12% menos que hace un año.

Fuentes de la OPEP insisten en que esta situación no se debe a que haya escasez, sino a que las refinerías estadounidenses sólo compran lo que van refinar y no dan abasto tras el fuerte aumento de la demanda con la llegada del verano, y porque tal vez esperaban un crudo de Irak que aún no ha llegado. Entre otras cosas, las exportaciones iraquíes no se han reanudado debido a que han sido robados (dentro del pillaje generalizado que azota al país) los sistemas electrónicos de control del oleoducto que sale al Mediterráneo por Turquía, el principal para que el crudo de Irak llegue a los mercados de Occidente.

Plazo de 50 días

Esta demora ha dado tiempo a la OPEP. Se ha tomado 50 días, hasta el 31 de julio, en su sede de Viena para revisar su decisión de ayer tras la cumbre de Qatar. Lo importante para el cartel es ver lo que haga Irak, y mientras no llegue a exportar un millón de barriles diarios el cartel no se moverá. El pasado mes de mayo, Irak apenas pudo sacar al mercado 355.000 barriles. Aunque en la declaración final de la OPEP de ayer daba la "bienvenida" a Irak al mercado mundial, ningún representante de este país podrá sentarse en la mesa del cartel hasta que haya un Gobierno reconocido internacionalmente.

Los que sí estuvieron en la reunión de ayer en Qatar fueron México, Rusia, Omán, Angola y Siria, todos grandes exportadores de crudo ajenos al cartel pero que en el pasado han colaborado en la política de recortes de producción para impulsar los precios. Para el cartel es fundamental restablecer las buenas relaciones con ellos y este objetivo se comenzó a forjar en la reunión que Venezuela, Arabia Saudí y México mantuvieron el pasado viernes en Madrid.

La OPEP se comprometió y prometió a sus rivales que iban a tener la suficiente disciplina como para cumplir con los niveles de producción que se han marcado. De momento, hasta finales de mayo, el cartel estaba produciendo un millón por encima de ese nivel aprobado y los miembros saben de sobra, por su experiencia pasada, que si dan el ejemplo en el cumplimiento de sus compromisos de cuota difícilmente convencerán a los productores de fuera que los apoyen cuando deciden un recorte de producción para contrarrestar el verdadero regreso de Irak al mercado petrolero mundial.

Alí al Naimi, ministro del Petróeo saudí (izquierda), conversa con su homólogo de Irán, Bijan Zangeneh, ayer en Doha.
Alí al Naimi, ministro del Petróeo saudí (izquierda), conversa con su homólogo de Irán, Bijan Zangeneh, ayer en Doha.AP

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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