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EL GOBIERNO DE LA COMUNIDAD DE MADRID, EN VILO

Zapatero expulsa del PSOE a los dos disidentes y les exige que dejen los escaños

Simancas asegura que a los dos diputados les ha movido intereses ajenos a la política

Primero, petición de excusas. Tanto el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, como el secretario regional, Rafael Simancas, pidieron ayer perdón a los madrileños, sobre todo a sus votantes, por la actitud "indigna" de dos personas que figuraron en la lista del PSOE. Las ejecutivas federal y regional decidieron la expulsión inmediata de ambos disidentes y les exigieron el abandono de los escaños para que corra la lista y, por tanto, quede restaurada la situación anterior. Zapatero y Simancas están persuadidos de que Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez se mueven por intereses ajenos a la política.

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El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó ayer por la mañana de muy buen humor a su despacho en la calle Ferraz. Mientras preparaba el discurso que por la noche iba a pronunciar en el Círculo de Bellas Artes, sobre "socialismo y utopía", tenía conectada la televisión con sonido bajo de fondo para seguir la sesión de constitución de la Asamblea de Madrid. No daba crédito a lo que estaba pasando. Enseguida llamó al secretario de organización, José Blanco, que a su vez había sido advertido de inmediato por la portavoz municipal madrileña, Trinidad Jiménez. A partir de ahí, desolación e indignación.

Zapatero se reunió con Simancas durante más de tres horas, con almuerzo incluido, en la sede federal del partido, y tras recabar la información básica acordaron tomar las pocas medidas que caben en esta situación. Simancas las anunció en la sede de la FSM y quince minutos después, a las siete de la tarde, Zapatero desde la del PSOE.

El formato fue el mismo. Primero pedir perdón a los madrileños porque, por la "indignidad política" de dos personas, "no se ha respetado la voluntad de los ciudadanos", dijo Zapatero. Después anunció la decisión de "expulsión automática" de ambos diputados, y después les emplazó a que devuelvan los escaños para que otros compañeros del PSOE los ocupen. "Las explicaciones que han dado son increíbles e inasumibles. No hay razones políticas para haber hecho lo que han hecho, y sólo caben razones personales sobre las que ambos tendrán que responder ante un hecho tan dañino", sentenció Zapatero. "La ética exige que renuncien a sus escaños", apeló el líder socialista, quien además dijo que comparte "la indignación de muchos ciudadanos", por lo que perseverará en luchar para que la vida política esté presidida por "principios, ética y decencia".

En el capítulo de preguntas, tanto Zapatero como Simancas eludieron hacer juicios de valor sobre lo que realmente piensan de esta situación. Pero su insistencia en que no hay razones "políticas ni ideológicas", sino "personales", fueron suficientemente explícitas. Tampoco quisieron acusar a nadie en concreto de haber provocado esta situación, pero sí insistieron en que ha sido una operación "planificada y fría". A Zapatero se le insistió si creía que el PP estaba detrás de la operación. "Yo destierro cualquier sospecha que no esté fundada y al día de hoy sólo veo el comportamiento indigno de dos personas y confío en que el PP actúe con seriedad y no se aproveche de esta situación", comentó.

Con el gesto serio y fatigado, Simancas dio un mensaje contundente: "Las razones de los diputados [Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez] para no acudir a la sesión constitutiva de la Asamblea no son políticas ni ideológicas, sino de otra índole". Con esta frase, el candidato del PSOE a la Comunidad dejó entrever lo que muchos socialistas comentaban en los pasillos de la FSM: que los dos parlamentarios rebeldes habrían actuado movidos por otras razones más turbias. Simancas definió la actitud de los dos miembros de su lista como de "una indignidad intolerable" y aseguró que los verdaderos motivos de Tamayo y Sáez "se conocerán más tarde o más temprano".

"Estas dos personas jamás manifestaron discrepancia alguna", señaló Simancas, quien recordó que Tamayo, miembro de la ejecutiva regional del partido, aprobó las líneas estratégicas que el PSOE iba a seguir tras las elecciones, entre ellas la de constituir una comisión negociadora con IU para formar Gobierno.

José Luis Rodríguez Zapatero, ayer en la sede del PSOE.
José Luis Rodríguez Zapatero, ayer en la sede del PSOE.BERNARDO PÉREZ

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