Quiero ser famoso
De mayor quiero ser un concursante muy famoso y salir en la tele, y no me importa cómo ni en qué orden lo consiga. Para empezar, un buen escándalo no me vendría mal, por ejemplo de la mano de alguna celebridad que me saque del anonimato y promocione mi gran salto a la fama. Tampoco descarto hacer el ridículo en algún macrocasting y airear mis secretos más morbosos ante millones de telespectadores. El caso es entrar, caer bien y transformar mi vida en un anuncio de máxima audiencia.
Me estoy preparando a conciencia y ya me siento capaz de ser humillado, vapuleado y arrastrado por los programas más infames de la pequeña pantalla. Ahora bien, no tengo club de fans... y, claro, necesito su ayuda.
Estoy dispuesto a todo con tal de entrar en el mundo del espectáculo, lo confieso. Seré gracioso, vaciaré definitivamente mi cerebro y pasaré por el quirófano las veces que me lo pida el cuerpo. Pero, por favor, fíjense un poco, nomínenme, hagan conmigo lo que quieran y conviertan mi vida en un infierno, si así lo desean. Pero vean la tele, participen y háganme famoso.
Haré lo que sea con tal de agradar. No faltaré a una sola tertulia, protagonizaré patéticos rumores y montaré divertidas trifulcas de rabiosa actualidad. Ayúdenme a cumplir este deseo y jamás olvidaré su efímera fidelidad. Me comprometo a ser el gilipollas más provocador y polémico de cuantos hayan visto... o estén a punto de olvidar. Y prometo devolverles el favor algún día.