España afronta en solitario la última negociación de la PAC

Los ministros de Agricultura de la Unión Europea iniciarán el próximo miércoles la recta final de las negociaciones para la reforma de la Política Agrícola Común (PAC). A esta última fase España acude casi en solitario en la defensa de sus posiciones, tras fracasar en su estrategia para la formación de una minoría de bloqueo con otros países. Sindicatos agrarios critican a la Administración porque creen que esta reforma golpeará al tejido rural.

En medios agrarios existe una gran preocupación por el resultado de estas negociaciones ante la posición de la Administración española. Para el secretario general de COAG, Miguel López, la reforma supone sentar las bases para el desmantelamiento del tejido rural y un atentado contra el sector agrario.COAG ha convocado para mañana una manifestación en Madrid. El secretario general de UPA, Fernando Moraleda, estima que la estrategia negociadora ha sido un desastre y el Gobierno deberá responder de sus consecuencias de acuerdo con los daños que se auguraban hace unos meses por el propio ministro.

Postura errática

En opinión de Pedro Barato, presidente de Asaja, España ha centrado sus peticiones en un desacoplamiento parcial de las ayudas y apoyos para desarrollo rural y zonas desfavorecidas desde una minoría de bloqueo. Si no no se logran esos objetivos, se debería hablar de un fracaso. Para el portavoz agrario del PSOE, Jesús Cuadrado, España ha llevado una postura errática en su estrategia sobre la reforma y eso lo pagará el sector agrario.

Como paso previo a las negociaciones, Miguel Arias Cañete se reunirá hoy con los representantes del sector. Se cree que el ministro pedirá a las organizaciones agrarias y cooperativas que le acompañen en Luxemburgo para consultar antes de adoptar decisiones sobre las propuestas comunitarias. En medios agrarios se estima que la decisión política la debe asumir y corresponde al Gobierno, y se rechaza cualquier estrategia para difuminar responsabilidades.

España tenía como puntos más importantes de sus peticiones desligar parcialmente las ayudas que se reciben frente a la voluntad de Bruselas para que se haga de una manera total para las producciones más importantes; una modulación de ayudas más progresiva en defensa de los profesionales del campo; más ayudas para zonas desfavorecidas y desarrollo rural, y rechazo a las propuestas de reformas de organizaciones comunes de mercado como herbáceos, arroz, forrajes desecados o frutos secos.

Frente a estos planteamientos, España ha logrado un rotundo fracaso para formar esa minoría de bloqueo en su oposición a la Comisión. Mientras Agricultura seguía en su empeño, otros países han llegado a acuerdos parciales con Bruselas y España se ha quedado casi sola.

En esta última fase, Bruselas ofrecerá que la separación de las ayudas sea solamente del 50% en los cultivos herbáceos, y se baraja el mismo porcentaje para el vacuno de carne. Por el contrario, no habría desacoplamiento en las ayudas para ovino, caprino y vacuno de leche.

En esta recta final de las negociaciones se mantienen las incógnitas sobre el resultado final de la modulación de las ayudas y el propio destino de las mismas en función de su volumen.

España reclama una ayuda especial para las zonas más desfavorecidas y para el desarrollo rural, y aspira a lograr un sobre comunitario para destinar a estos fines.