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Políticos y banqueros presionan a las cajas

Los partidos y los bancos cuestionan el modelo de estas entidades de ahorro, cuando son más poderosas que nunca

Íñigo de Barrón
La ofensiva bancaria se produce después de los intentos fallidos del SCH y el BBVA por ganar cuota de mercado frente a la fortaleza de las cajas
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"Ganamos cuota de mercado porque somos mejores"

En estos tres meses de rifi rafes entre cajas, políticos y banqueros, el que más ha insistido en pedir transparencia y adaptación de las cajas a la legislación vigente ha sido el ministro de Economía, Rodrigo Rato. A su juicio, "las cajas no cotizan en bolsa, pero sí tienen deudas" y reclamó "códigos de conducta que incluyan las posibles relaciones entre instituciones fundadoras" (incluidos los partidos políticos) "de las cajas y el propio funcionamiento de las mismas".

En el mismo sentido se pronunciaron el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y Luis de Guindos, secretario de Estado de Economía. Este coro de reclamaciones se reforzó cuando el propio gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, se declaró partidario de extender las normas de los códigos de buen gobierno a las cajas de ahorros. Aunque estos códigos van dirigidos a la defensa de los accionistas y estas entidades carecen de ellos, Caruana considera que ayudarían a proteger a los ahorradores. Asimismo cree que favorecerán la eficiencia de estas entidades. Con este fin, anunció que el Banco de España asignará más recursos a la vigilancia del cumplimiento del buen gobierno en las entidades financieras. El gobernador también ha insistido, en repetidas ocasiones, en la necesidad de reducir el ritmo de crecimiento del crédito hipotecario de las cajas, situado en el 18%, sin que el sector le ha hecho ningún caso, por el momento.

La traca final correspondió a José María Aznar, presidente del Gobierno, quien en una reunión con la CEOE sugirió, según alguno de los presentes, la posibilidad de que se limitara, de alguna manera, los derechos políticos de las cajas en las empresas en las que son accionistas a una cuantía cercana al 3%. El argumento esgrimido por los empresarios es que es existe un desequilibrio cuando una caja lanza una OPA sobre una cotizada porque nadie puede responder intentando comprar esa caja ya que no tiene acciones.

El sector recibió con alarma estas críticas. Respecto a las contínuas exigencias de transparencia y de hacer públicos los préstamos que mantienen con los partidos políticos presentes en el consejo, ejecutivos de grandes cajas recuerdan que "se podía pedir lo mismo a los bancos, que tienen grandes préstamos con los partidos que, como ha demostrado el Tribunal de Cuentas, muchas veces se los condonan sin saber la razón real".

Pero lo ha más polvareda ha levantado es la posibilidad de limitar sus derechos políticos en las sociedades industriales participadas, ya que tienen invertido 6.717 millones de euros en sociedades cotizadas. Fuentes del sector coinciden que es la respuesta política a la OPA hostil sobre Iberdrola, que contó con la oposición frontal del Ejecutivo. Rodrigo Rato, preguntado por si este rumor era cierto, no lo desmintió y sólo dijo que "todo lo referente a las cajas estaba reflejado en la Ley Financiera".

Segun un director general de una entidad de ahorro, la razón última de estos movimientos "es la percepción de que el Gobierno no controla los movimientos de las empresas en las que participan las cajas y eso, en un país tan intervencionista como éste, no gusta nada. El movimiento de Gas Natural hizo saltar todas las alarmas, sobre todo porque tenía un componente nacionalista muy importante".

De hecho, Unesa, la patronal del sector eléctrico, envió una carta a la CNMV en la que objetaba que fuera una caja, "entidad de carácter público" la que lanzara la OPA sobre Iberdrola. El malestar de la CECA se reflejó en una carta de respuesta, en la que adjuntó sus estatutos fundacionales "que demuestran que somos entidades privadas", según fuentes de CECA.

Además de Gas Natural, también las cajas han tenido un protagonismo importante en otras operaciones. Una de ellas es la compra de Bami -donde están presentes Bancaja, CAM, la General de Granada y la Caja Castilla La Mancha - sobre Metrovacesa, un movimiento que no cuenta con el apoyo de las autoridades. También fueron las protagonistas de la privatización de la red de gas natural de Euskadi, Naturcorp, que el Gobierno vasco adjudicó a Hidrocantábrico, controlado por Cajastur. En el ámbito financiero, Bancaja y cuatro cajas andaluzas intentaron comprar el Banco Zaragozano, que finalmente quedó en manos de Barclays Bank. "Han preferido que el Zaragozano pase a una entidad británica antes de sea controlado por las cajas. La oposición política, y del Banco de España, fue muy fuerte", comenta un director general de una caja.

Fruto de este ambiente, Juan Ramón Quintás, presidente de las cajas de ahorros españolas (CECA), durante la Asamblea General del 29 de mayo, tuvo un discurso descarnado en el que manifestó, "la obligación de compartir mi preocupación porque, en estos momentos, muchos signos indican que, desde plurales orígenes, se está intentando crear una nueva atmósfera de constestación a la validez de nuestro modelo, mediante la negación de nuestra autonomía frente a los poderes públicos" lo que pueda "preparar la posterior petición de que, o bien se nos reconfigure jurídicamente, o bien se limite nuestra capacidad operatoria, constriñendo nuestra actividad a sectores periféricos o cercenando los derechos políticos en los consejos de las empresas participadas".

Quintás no dudó en desvelar con crudeza los dos grandes temores que todos los presentes en la Asamblea tenían en sus mentes. Sin embargo, desde el Partido Popular, se quita hierro a la situación. Vicente Martínez Pujalte, portavoz de Economía del PP, aseguró que "nunca se ha estudiado ni planteado la posibilidad de quitar los derechos políticos a las cajas ya que lo que ahora se intenta es un mayor control de las sociedades cotizadas. Por eso se ha pedido a los fondos que ejerzan los derechos políticos. No tendría sentido quitárselos a las cajas". En su opinión el Gobierno "sólo quiere que las cajas cumplan el Código Aldama, igual que otras entidades".

Sin embargo, el malestar continúa en el sector. Tanto directivos de entidades de autonomías gobernadas por el PP como por el PSOE, coinciden en manifestar que es injusto "que se acuse veladamente de falta de transparencia a las cajas, cuando algunos bancos, sobre todo los dos más grandes, están dando ejemplos de gestión oscura -cuando no ilegal con las cuentas secretas en paraísos- y protagonizan escándalos por las multimillonarias indemnizaciones cobradas por los ex ejecutivos".

Pero en donde ha habido un enfrentamiento directo y sin disimulos ha sido con los bancos. Durante en la presentación de los resultados del primer trimestre, Juan Basurto, asesor financiero de la AEB, se quejó de sus competidoras "apliquen a sus clientes unos precios más altos a los créditos y remuneren menos el pasivo". Según la patronal bancaria, esto se debe a que las cajas son menos eficientes, es decir, tienen un nivel superior de gastos en relación con los ingresos obtenidos. Sin embargo, a pesar de ser más caras (en lo que coincide la información del Banco de España), las cajas no han parado de robar clientes y cuota de mercado a los bancos. ¿Por qué? Según la AEB porque los dos grandes, el BBVA y el SCH, han descuidado el mercado nacional, durante los últimos años, al volcarse en Latinoamérica.

La patronal bancaria no cuestionó, en esta presentación pública, la naturaleza jurídica de las cajas, pero mostró su malestar por la continua exhibición de ganancia de cuota que están realizando estas entidades, que perjudica a la imagen de los bancos.

Analistas consultados apuntan que esta reacción se debe a que, los dos grandes bancos están intentando ganar cuota -de hecho el BBVA se lo ha puesto como un objetivo a tres años- "y no lo consiguen, como se ha demostrado en las cuentas de 2003".

Ricardo Fornesa, presidente de La Caixa, no ha dudado en acusar a la banca de presionar para que se cambie el marco jurídico de las cajas. En el sector no se han olvidado las declaraciones de Francisco González, presidente del BBVA, que sugirió, en 2001, la privatización de las cajas de ahorros españolas, siguiendo la misma fórmula con la que Alemania está permitiendo la entrada de capital privado en los bancos públicos de los länder.

En lo poco que coinciden desde las cajas y los bancos es que la imagen de las primeras es muy buena y que se ha convertido en su mejor reclamo comercial. Para los banqueros, se debe a la Obra Social, "bajo la que, a veces, se esconden gastos de marketing y publicidad que nosotros tenemos que cargar a la cuenta de resultados".

No parece que el enfrentamiento vaya a decaer en los próximas semanas. De momento, Quintás ha lanzado un claro mensaje a los políticos: si intervienen en las cajas, éstas perderán peso y los únicos ganadores serán los bancos.

Cristóbal Montoro, (a la izquierda), Jaime Caruana y Rodrigo Rato.
Cristóbal Montoro, (a la izquierda), Jaime Caruana y Rodrigo Rato.RISTÓBAL MANUEL

Las cajas han abierto 100 oficinas más hasta marzo

Los tipos de interés están situados en el 2%, la tasa más baja en 55 años, lo que rebajará los márgenes financieros de bancos y cajas hasta límites preocupantes, según los analistas financieros.

Además, el Banco de España ha pedido a las cajas que reduzcan sus gastos para mejorar la eficiencia.

Esta situación y las advertencias del supervisor, no han sido suficiente para que las cajas no den por finalizada su expansión. Entre enero y marzo pasado, las cajas han abierto cien oficinas más, que, si bien es la mitad de que hicieron el año pasado durante el primer trimestre, supone reunir casi 20.650 sucursales. Los bancos tienen 14.100, es decir, 6.550 menos.

Las cajas comprendieron rápidamente que la correlación entre el número de sucursales y la cuota de mercado en depósitos es del 95%, según un estudio del Santander Central Hispano (SCH). Esto explica que el BBVA y el SCH hayan perdido buena parte de su cuota de mercado ya que el primero ha cerrado 940 sucursales y el segundo 1.655 entre 1993 y el 2002.

Este proceso de expansión de las cajas se ha realizado fuera de sus regiones de origen, especialmente en las regiones con mayor crecimiento del PIB.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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