_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Tragedia aérea anunciada

Se llamaba Carlos Oriz García, soldado de Aviación, mi sobrino, fallecido en el accidente aéreo de Turquía en el que perdieron la vida también 61 compañeros. Sabíamos que mi sobrino Carlos retornaba el día 4 de junio de ese mismo destino y no nos podíamos creer que la mala suerte se había cebado con este joven de 19 años que nos enamoró de su trabajo, del cual estaba muy orgulloso e ilusionado. Decidió voluntariamente incorporarse a la misión humanitaria en un país como Afganistán, pero que contrarrestaba con la ilusión de un joven que sólo quería ayudar y cumplir con su deber.

Al día siguiente, estupefactos, pudimos ver dos fotografías en un periódico nacional: la primera nos llenó de horror al comprobar con nuestros propios ojos el cadáver carbonizado y destrozado de nuestro familiar; en la segunda, al señor Trillo, que dejó de ser ministro para nosotros el mismo día del accidente, con su inmaculado traje y acompañado por otro señor que le sostenía un paraguas entre los escombros del Yakólev 42.

Estas compañías realizan operaciones en aeropuertos militares para no pagar las tasas aeroportuarias que todas están obligadas a abonar por transporte de pasajeros en aeropuertos civiles. Asimismo, realizan las operaciones de carga de combustible en aeropuertos militares controlados por la OTAN porque no tienen crédito ni dinero para hacerlo en otros. Esta situación podría haber provocado que el avión siniestrado no tuviera más alternativa que aterrizar en esas condiciones que se repitieron hasta tres veces. Las tripulaciones y aviones proceden de la antigua URSS y han sido desechados por otras líneas comerciales, y lo peor de todo es que las autoridades civiles del país de la compañía aérea son las encargadas de otorgar los permisos de navegabilidad en condiciones dudosas.

Señor Trillo, usted estuvo en la base aérea de Torrejón, donde jamás se le tenía que haber ocurrido acudir; espero que la sordera ocasional que sufrió en ese encuentro se haya terminado y pueda recapacitar ahora lo que respecto de su capacidad profesional le increpamos los que nos encontrábamos en ese momento, incluido su propio Ejército profesional. Hace algunos meses escuchábamos de su persona ante una desgracia como la que sufrimos con el barco Prestige que no volvería a dejar pasar barcos piratas por las costas españolas contratados por las mafias rusas; curiosamente, usted mismo estaba contratando pateras aéreas de las mafias ucranias.

Señor Aznar, como este señor no ha tenido la vergüenza de renunciar a su cargo, le pido encarecidamente que lo realice usted, y no espere a los resultados técnicos de la investigación, ya que cualquier persona de su Gabinete puede realizar este tipo de labor. Hasta pronto, Carlos, ojalá finalmente te hayas reunido con tu padre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_