_
_
_
_

Alemania estudia congelar las pensiones el próximo año para frenar el gasto del Estado

Schröder se plantea adelantar a 2004 la reforma fiscal para combatir la recesión

El Gobierno alemán está estudiando añadir un nuevo recorte al Estado de bienestar: la congelación de las pensiones. Con esta medida, el Ejecutivo pretende frenar el progresivo incremento anual de la pensión, que se actualiza según la inflación. Así lo anunció ayer una representante de Los Verdes, partido socio del Gobierno. También se está considerando acelerar la reforma fiscal prevista para los próximos dos años, según coincidieron ayer los semanarios Der Spiegel y Focus. Portavoces gubernamentales desmintieron la iniciativa, que supondría para Alemania volver a rebasar el déficit permitido.

El ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, intenta estos días diseñar el Presupuesto del año que viene. La meta oficial es ahorrar entre 15.000 y 18.000 millones de euros adicionales. Entre esos recortes, el Ejecutivo contempla congelar las pensiones, de forma que los 19 millones de jubilados existentes renuncien en 2004 a la subida anual de las prestaciones que se efectúa según la inflación. La portavoz de Asuntos Sociales de Los Verdes (socio de Gobierno del canciller Gerhard Schröder), Birgitt Bender, aseguró ayer que este recorte se produciría "probablemente por un año".

Además de ese recorte, la pregunta es si Eichel se atreverá a dar un paso más allá, reduciendo los impuestos. La reforma fiscal -proyecto bandera del Gobierno rojiverde durante su primera legislatura, entre 1998 y 2002- se había congelado el año pasado para hacer frente a los daños causados por las riadas en el este de Alemania. En medio de una singular histeria mediática, el impacto económico del desastre natural se calculó en 20.000 millones de euros. A la postre, los perjuicios resultaron bastante menores y difícilmente alcanzan los 10.000 millones de euros.

El recorte de impuestos fue lanzado en el año 2000 y se centra en una reducción del IRPF que deberá quedar en tipos máximos del 42% y mínimos del 15%. Tras una primera bajada hasta los actuales tipos (48,5% y 19,9%, respectivamente), faltan dos pasos más, pevistos para 2004 y 2005. Fundirlos en un solo recorte el próximo año supondría un alivio fiscal para los ciudadanos superior a 20.000 millones de euros, según estimaciones independientes.

Pese a los desmentidos oficiales, la aceleración de la reforma fiscal encajaría con el hecho de que el canciller socialdemócrata admitió por primera vez, a principios de esta semana, que el déficit de la mayor economía de la zona euro también en el próximo ejercicio podría superar el 3% de su producto interior bruto. Esta infracción del Pacto de Estabilidad a que obliga la Unión Europea ya había tenido lugar en 2002 (3,7%) y ocurrirá también este año, según admitió Hans Eichel.

Por ello, en principio, es tabú cualquier alivio fiscal que pueda deteriorar aún más el agujero de la caja pública. En su afán de estabilizar las cuentas de la Seguridad Social, el Gobierno incluso ha optado ya por una opción contraria, la de aumentar impuestos como el del tabaco.

La coalición entre los socialdemócratas y los verdes además está impulsando la llamada Agenda 2010, que recorta sustancialmente las prestaciones por desempleo e incluye también cambios como la financiación del seguro por incapacidad, que ya sólo correrá por cuenta de los empleados. Aunque consideradas imprescindibles para dinamizar la actividad económica, el beneficio inmediato de estas reformas estructurales es nulo.

Más aún: la reducción de las prestaciones estatales supone una disminución de los ingresos disponibles para el consumo. Esto podría debilitar todavía más la ya apocada demanda interna, que es el principal problema de la economía alemana, estancada desde hace tres años. La economía alemana ha entrado en recesión (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo) en el primer trimestre de este año.

Miedo a la deflación

La coyuntura podría deteriorarse más de materializarse una caída prolongada de los precios (deflación), un riesgo cuyo debate ha iniciado el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que se considera cada vez más real en la misma Alemania. Según la revista Der Spiegel, es precisamente este trasfondo el que ahora mueve al ministro de Finanzas, Hans Eichel, a evaluar nuevas reducciones de impuestos.

"En una situación así, el gasto público no se puede contraer; tiene que ser expansivo", se lee en un informe interno del ministerio sobre los riesgos de deflación en Alemania citado por el semanario. También varios institutos de investigación económica, parte de los democristianos y la central sindical DGB se han pronunciado a favor de soltar amarras fiscales para fortalecer el consumo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_