Felipe Vega filma una comedia melancólica
David Selvas, Roberto Enríquez y Natalia Millán protagonizan 'Nubes de verano'
S eis años ha tardado Felipe Vega (León, 1952) en volver a colocarse tras las cámaras para hacer cine. El realizador inició hace dos semanas en la Costa Brava catalana el rodaje de su sexta película de ficción, Nubes de verano, una "comedia agridulce" sobre la infidelidad y el amor vivido sin escrúpulos.
Roberto Enríquez (El alquimista impaciente), Natalia Millán (Un paso adelante, de Antena 3) y David Selvas (Pau y su hermano) encabezan el reparto de "esta historia sobre el amor, más que del amor", que producen Tornasol Films y Messidor Films. La trama arranca cuando el matrimonio formado por los personajes a quienes encarnan Enríquez y Millán decide pasar el verano con su hijo en un pueblo costero. Todo transcurre como unas vacaciones en familia más, hasta que las cosas se complican: la pareja conoce a un anticuario (papel interpretado por David Selvas), y éste se convierte en uno de los dos "criminales del amor" que, junto con su prima, a la que interpreta la actriz Irene Montalà (Fausto 5.0), se empeña en romper el matrimonio. Ella quiere hacer realidad un amor platónico de la adolescencia. Él se toma la conquista como una partida más en el juego de la vida.
El punto de arranque del filme se asemeja al de una comedia de enredo al uso, aunque nada más lejos de la idea que tiene en mente Vega para su nuevo filme. "Tiene unas reglas de juego completamente distintas a este género y a mis películas anteriores. Diría que se encuentra más cercana a lo que se entiende como comedia francesa que al humor español, más descarado. No tiene mucho que ver con películas risueñas, sino que la situaría más cercana a títulos como Desayuno con diamantes", dice el director. Nubes de verano aparece así como una película cargada de melancolía, "a la que es difícil encontrar el humor", bromea el propio David Selvas. Felipe Vega regresa así con ese tono agridulce que ya le dio a Un paraguas para tres.
Uno de los personajes que más se han perfilado en el guión es el anticuario interpretado por Selvas, el encargado de romper el orden establecido. "Yo no lo tildaría de persona mala, sino de amoral. Él piensa que hay que jugar a fondo en la vida y lo hace. Las otras piezas del tablero, los otros personajes, son libres de aceptar o rechazar el juego", comenta el actor. Felipe Vega considera que este anticuario refleja una personalidad "muy habitual hoy en día". "Aquel que puede mentir, que puede hacer el mal con total impunidad. Y lo hace porque el malo ya no está castigado moralmente por la sociedad. Muy al contrario, se le premia la falta de escrúpulos", explica el realizador de El techo del mundo.
Dice el director y guionista que la película pretende escapar de valoraciones éticas sobre la infidelidad para concentrarse en un relato sobre "el daño que pueden producir las pequeñas cosas". "No queremos miradas morales ni cuestionarnos sobre si hay maldad o no. Manuel Hidalgo y yo pretendíamos al escribir esta película buscar un suspense sentimental", explicaba en Barcelona poco antes de marcharse a rodar a L'Estartit, enclave que conoce bien el realizador porque hace años rodó allí un documental para la televisión pública alemana sobre Josep Pla. Precisamente, Felipe Vega ha concentrado su energía en los últimos años a la dirección de documentales para la televisión, "porque hay otros trabajos más allá de la ficción".
Nubes de verano debía transcurrir en un principio en la Costa Azul, ya que se trataba de una coproducción con Francia, pero la productora gala finalmente decidió retirarse del proyecto.
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