Pedro Goiriena expone en Bilbao su reciente reflexión sobre la muerte y la resurrección

Un incendio fortuito devastó hace unos meses el estudio de Pedro Goiriena (Barakaldo, 1953) en el Casco Viejo de Bilbao. El fuego se llevó también el ánimo del autor. Sin embargo, aunque algunos de sus dibujos y cuadros nunca podrán recuperarse, Goiriena ha resurgido para la creación y el resultado se muestra desde el pasado viernes y durante todo este mes en la galería Catálogo General (Santa María, 11), cuya propiedad comparte con Teresa Medrano. Las obras y el montaje reflexionan sobre la idea de la muerte y sobre la resurrección, sobre el paso del tiempo.

Al principio, confiesa Goiriena, sentía cierto pudor al exponer su trabajo en su propia galería, que se dedica fundamentalmente a mostrar la obra de artistas jóvenes para, poco a poco, confeccionar un catálogo general del panorama artístico en el País Vasco, idea de la que la sala toma nombre.

Sin embargo, amigos y compañeros le animaron y consiguieron que Goiriena saliera de un pozo al que le había llevado la destrucción de su lugar de trabajo y, casi, de existencia: su estudio, sus creaciones, sus cosas. "Tras un primer momento en el que ya no me apetecía nada, me salió todo esto. En el estudio quedaron objetos semiquemados de una plasticidad y una belleza increíbles, y los utilicé", dice.

Días de la infamia, y de la muerte y de la resurrección y de la nada. Mal que os pese es el largo título con el que el artista ha titulado su muestra, cargada de simbolismo. "Es una reflexión. A medida que me voy haciendo mayor, mi trabajo es más pensado", afirma.

Figura yacente

El montaje de la exposición está "pensado para el espacio de la galería", una dimensión que Goiriena conoce muy bien. Los paneles encajan y crean espacios, recovecos. Una figura yacente preside el escaparate de la galería. Se trata de un molde en escayola del propio Goiriena. "El tema de la muerte siempre me ha interesado mucho. Tengo una idea de la muerte como un hecho cotidiano. Mueres y naces todos los días. Ante esta reflexión, lo primero que me surge es ponerme a mi muerto, en una postura tradicional de los muertos", comenta.

En ese primer lugar se sitúan también un cuadro con la figura yacente estampada hacia arriba y hacia abajo, a gran tamaño. Además, un montaje con seis tiradas de tarot (con 22 cartas en cada una) a gran tamaño. A medida que transcurra este mes, Goiriena irá cambiando las cartas clásicas por otras "de un tarot personal".

En otra sala, Goiriena ha colocado una instalación que componen objetos de su estudio devorados por el fuego, y tres banderas proyectadas: la española, la británica y la norteamericana. "La guerra de Irak coincidió con la preparación de la exposición. Leí que se había quemado la Biblioteca Nacional [de Bagdad] y la asociación me vino sola", apunta.

El tercer espacio lo presiden cuadros alargados con figuras de cristos. "El Cristo es la figura de la muerte y la resurreción en nuestra cultura. Todos son autorretratos, en distintas poses, en los que unas veces me parezco más y otras menos, pretendidamente", indica el autor.

La muestra se completa con una serie de 112 imágenes realizadas por Alba Fernández Medrano, estudiante de fotografía. "Son 16 encuadres distintos de distintos lugares de mi estudio, tras el incendio".