El largo camino de adaptación a Bolonia
"El sistema universitario valenciano, en general, ha resistido bien y está en condiciones de enfrentar el largo camino de adaptación hacia Bolonia", sostiene Gregorio Martín, experto en el análisis de los sistemas universitarios y director del Instituto de Robótica de la Universitat de València. Es más, Martín cree que los datos del INE que atribuyen una caída del 6% en la matrícula universitaria de la Comunidad Valenciana son "contradictorios", ya que no reflejan la musculatura del Sistema Universitario Público valenciano, que ha aguantado la caída "en un escenario de descenso demográfico, donde nadie ha planificado nada, y se han autorizado en ocho años 20 universidades más, en su mayoría privadas". Martin difiere porque, por ejemplo en el caso de su universidad (que sería la más afectada porque ha sido la matriz a partir de la cual se han creado las otras), la matrícula provisional sube. "Este año, precisamente", puntualiza, "ha crecido en un 4% más respecto al año pasado, pese a que la cifra provisional de matrícula es de 46.998, lo que aparentemente supondría un descenso del 2%". ¿A qué se debe este aparente desfase? "Es debido a que se ha incrementado más el número de estudiantes en fase terminal (con una o dos asignaturas pendientes), que los de nuevo ingreso (9.869)". Estos datos le llevan a una reflexión más concreta: y es el hecho de que "las universidades valencianas hasta ahora han tenido un ingreso importante debido a la existencia de una bolsa de matrícula procedente del llamado babyboom universitario o etapa de masificación que se termina con la generación que entró en 1995-96, y que en este momento se ha licenciado ya o sólo le quedan pendientes un par de asignaturas". Por tanto, "la caída del 6% del INE habría que buscarla más bien en el fracaso de la matrícula en los centros adscritos", dice. En contexto de tránsito hacia la creación de un espacio superior único europeo que -si bien amplía el horizonte de la movilidad laboral docente y de la formación- también obliga a una mayor competitividad entre los campus y titulaciones, Martín asegura que "se camina hacia una reclasificación de universidades". Algo que, si bien considera positivo, "corre el riesgo de estar sometida al criterio oficial de una Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (ANECA) ad hoc", cuya independencia está siendo cuestionada.
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