_
_
_
_
Reportaje:REPORTAJE

Otra visión de Colombia

Juan Cruz

Que el diablo escoja. Hace cinco años, el escritor Plinio Apuleyo Mendoza dijo, poco después de haber sufrido un atentado que voló su casa de Bogotá: "Lo que pasa en Colombia sólo lo arreglan 50 años o un poeta". "¿Y qué prefiere?", le preguntamos. "Que venga el diablo y escoja". Mendoza se fue después al exilio, para evitar nuevas persecuciones terroristas. Ahora le hemos hecho la misma pregunta al poeta y novelista Darío Jaramillo Agudelo, responsable de la importante actividad cultural del Banco de la República, que custodia el oro (el histórico y el corriente) de Colombia. Jaramillo Agudelo fue objeto también de un atentado; llegaba a su casa y una bomba le voló una pierna; un colega suyo dijo después, en un poema: "Dios bendiga el aire que ahora pisas". Dice Jaramillo: "Quién sabe si un poeta. Lo cierto es que la nuestra fue una sociedad pasiva que se dejó joder. No sé qué va a pasar, pero lo cierto es que esta generación ya no va a ser feliz. ¿Cincuenta años?, quién sabe. Ahora no".

Jaramillo Agudelo sufrió un atentado; llegaba a su casa y una bomba le voló la pierna; un colega suyo dijo después, en un poema: "Dios bendiga el aire que ahora pisas"
Cerca de 5.000 personas viven en cautiverio... En Bogotá hay una muestra dramática: los retratos de muchos de esos secuestrados, para que nadie los olvide

La quiero tanto. Conrado Zuluaga, editor y escritor, especialista en García Márquez: "A Colombia había que adjudicarle los versos de Borges sobre Buenos Aires: 'No nos une el amor, sino el espanto; será por eso que la quiero tanto". Cosas que quiere del país: "El ingenio, el humor, la literatura. La violencia es un freno. Se conjuga mal aquí la palabra esperanza. Hay 300.000 desplazados por el terror que te paran en el semáforo pidiendo algo para comer. Y siguen los secuestros: no es lo natural, es una afrenta".

El país más feliz. Jaime Abello, el director de la Fundación Nuevo Periodismo, que instituyó y preside en Cartagena García Márquez, nos desvela la conclusión estadística a la que llegó un sociólogo holandés tras estudiar los parámetros de 82 países. Según su estudio, los cinco países más felices del mundo son, de menor a mayor, Japón, Estados Unidos, Ghana, Suiza y ¡Colombia! A algunas de las personas con las que conversé no les extrañó. Un periodista y editor, Guillermo González, que acaba de ganar el Premio Planeta de Periodismo por un trabajo suyo sobre los niños captados por la guerrilla, se quedó pensativo y dijo, como para sí: "No lo había pensado, pero sí, parece que somos felices". Bandala, una artista multidisciplinar, dijo en la barra de un bar: "Del cielo acá es el infierno, pero lo pasamos en zancos". A su lado, alguien dijo, en la misma tertulia: "Éste es un paraíso en guerra; una demencia, pero una maravilla". Y el propio Guillermo González, que dirige la revista Número, una de las grandes revistas culturales colombianas, hizo este resumen: "Vengo de un país que tiene sesenta comunidades indígenas, seis millones de negros (el 15% de la población) y cuarenta millones de mestizos, mulatos y blancos; uno de los países más biodiversos del mundo, que tiene tres cordilleras, con volcanes y nevados... Y este país, que es un paraíso, está sumido en una guerra infernal". ¿Un país feliz, Abello? "Sí, quizá porque hemos aprendido a separar los problemas de la vida, y hemos aprendido a gozar de la vida: se vive al borde del abismo". ¿Y usted lo vive como un país feliz? "Yo así lo vivo".

Un momento especial . William Ospina tuvo "el raro privilegio" de ser el primer lector del original de Vivir para contarla, el primer volumen de memorias de García Márquez. Es un poeta muy querido en Colombia, y sus estudios sobre la serpenteante crisis colombiana le han procurado notoriedad y respeto en su país. Es autor de ¿Dónde está la franja amarilla?, que contiene parte de su pensamiento sobre la guerra. Ésta es su opinión ahora: "Éste es un momento especial, difícil. Hasta hace dos años vivimos el llamado proceso de paz, que parecía ser la única solución, después de un largo proceso de reformas postergadas. Este Gobierno tiene en su mira la solución militar: no tendrá éxito. Esa política ya empieza a tener agrietamientos y, a pesar de su buena voluntad, la lectura que hace de la situación es débil... El contexto internacional no es favorable y las soluciones de fuerza parecen abrirse camino: puede llegar el día en que los grupos terroristas colombianos sean vistos, y tratados, como los terroristas de Oriente... ¿Soluciones? Colombia está muy descuadernada, después de cincuenta años de Gobiernos, cada uno de los cuales ha dejado al país con un problema nuevo; y éste ha perpetuado una injerencia mayor de los Estados Unidos en sus asuntos internos; así que lo que hay que esperar es que se abra la posibilidad de una negociación política y de un pacto social... ¿Felicidad? Somos muy recursivos; cuanto más adversa es la realidad, más buscamos el momento de la felicidad; es un país que necesita más que cualquier otro ser feliz".

El submarino y el condón. Mario Jursich, subdirector de El Malpensante, otra gran revista cultural colombiana (¡Colombia tiene 46 revistas culturales!), colecciona sucesos extravagantes. Los narcotraficantes se las arreglaron para construir, con asistencia técnica rusa, un submarino... en Bogotá, a 2.000 metros de altura y a 2.000 kilómetros del mar... Con ese submarino, cuya construcción fue descubierta por la policía estatal, querían llevar droga a Estados Unidos. Cuenta también Mario un suceso surreal: de pronto los cerdos adquirieron la cotización del caviar. ¿Qué sucedía? Resulta que el orín del cerdo contiene la acetona precisa para tratar la coca, y esa sustancia química había sido desplazada del mercado por las autoridades... Colecciona también Jursich esta maravilla de la imaginación perversa: de pronto desaparecieron de la carretera dos camiones cargados de condones. ¿Su paradero? Se supo que para prevenir el efecto de las fumigaciones sobre las amapolas (la materia prima de la heroína) no había mejor cosa que colocarles condones a flores tan delicadas... Pero también hablamos con Mario de su pasión: "Desde hacía muchísimos años no había una eclosión tan grande de escritores...; cada mes se estrenan dos o tres obras de teatro; hay escritores que escriben de lo que pasa; la moda colombiana se abre paso... Hay un montón de tiempos entrecruzados: esta ciudad donde estamos, por ejemplo, ha sufrido una transformación tangible: hay días sin coche, hay nuevas bibliotecas, hay un sistema de transporte, el Transmilenio, que es único en el mundo... Y los narcos no saben dónde guardar el dinero, porque no pueden tenerlo en los bancos y la policía puede rastrearlo por el olor... ¿La violencia? Durará mientras haya dinero".

Veintidós millones de poetas. Fernando Vallejo es uno de los grandes escritores colombianos; de Medellín, vive desde hace años en México. Quien lo haya leído (La virgen de los sicarios, El desbarrancadero) no encontrará en la contundencia de estas opiniones otra cosa que la continuidad de su desagarrado amor por el país en el que nació. Le pedimos sus opiniones y nos las envió por correo electrónico: "Los grandes problemas de Colombia son, en cifras redondas: 44 millones de bestias proliferantes, 5 millones de hampones, 100.000 curas, 200.000 ciclistas, 500.000 futbolistas y 22 millones de poetas. La solución: esterilización masiva de esa raza fea y lujuriosa y un paredón de fusilamiento de dos kilómetros de largo en funciones continuas las veinticuatro horas del día y de la noche. ¡Pero qué! Ahí están, para no solucionar nada y obstaculizarlo todo: los derechos humanos, las ONG, el Tribunal de La Haya, el Greenpeace, la Unión Europea, la ONU, Javier Solana, el juez Garzón... Alcahuetas que no dejan. Ni rajan ni prestan el hacha, como decía mi abuela. Eso sí, todos bien colocaditos cobrando sueldo y viviendo a lo grande como Papas".

Espejismos. Lo dice García Márquez, probablemente pensando en Colombia, al final de su obra más famosa: "... pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra".

Colombia, diversa, trágica, bellísima. ¿Cómo resiste, de dónde saca la energía? Lo que dijo aquel alto cargo colombiano cuya familia ha sido destrozada: "Se monta uno en la idea y no puede parar".

Funeral por Guillermo Gaviria, el político secuestrado y posteriormente asesinado por la guerrilla.
Funeral por Guillermo Gaviria, el político secuestrado y posteriormente asesinado por la guerrilla.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_