Caixa Rural Vila-real renueva a sus cargos sin que haya claros candidatos
Los cerca de 10.000 socios de Caixa Rural Vila-real se enfrentarán este mes a la elección de una nueva dirección después de que la asamblea decidiera, en la noche del viernes, rechazar la integración de la entidad local en Ruralcaja (formada por las cajas de ahorros de Valencia, Alicante y el grupo Credicoop de Castellón). La negativa de la mayoría de los socios a la cesión de la actividad económica a la caja autonómica y el voto en contra del informe de gestión presentado, la pasada semana, por el consejo rector ha provocado en sus miembros, tal como aseguraron fuentes del mismo órgano, la decisión de abandonar la dirección. Tras estos dos serios varapalos, se prevé que durante el mes de junio se celebre una asamblea extraordinaria para llevar a cabo las elecciones que, de momento, no cuentan con claros candidatos. Dos de los líderes del movimiento contrario a la integración, José Balaguer y José Llop, han manifestado su intención de no presentarse como candidatos para cubrir el puesto de presidente que dejará José Cantavella quien ya ha anunciado que no figurará en "ninguna candidatura".
Tras las acusaciones, procedentes del sector partidario de la integración, de querer protagonizar un "asalto al poder", Balaguer ya mantuvo, días atrás, que en su intención no figura la que ocupar ninguno de los cargos del nuevo consejo rector.
Por su parte, Llop aseguró ayer que tampoco se presentará como candidato a ocupar la presidencia pero no descartó formar parte de la nueva dirección. "Si puedo echar una mano para luchar por la caja y por Vila-real, lo haré", indicó. José Llop se manifestó, en cualquier caso, "convencido" de que habrá gente dispuesta a presentar candidaturas en la que será una nueva etapa de la caja local, tras la importante decisión de no formar parte de la entidad autonómica. Para el portavoz de los opositores, la decisión de la asamblea "fue clara". Desde su punto de vista, el consejo rector y los partidarios, pese a contar con el apoyo de varios consejeros y del propio alcalde de Vila-real, Manuel Vilanova, no han convencido.
El informe de cuentas, que no fue aprobado y cuya votación ha sido impugnada, indica un crecimiento del 66%, con una cifra de negocio de 328 millones de euros frente a los 295 millones del ejercicio de 2001, lo que supone una expansión del 11%. Las que fueron calificadas de "las mejores cuentas de la historia de la caja" reflejan un beneficio bruto de 3,40 millones de euros frente a los 2,04 de 2001.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.