Más estable y eficaz

Aunque el nuevo A3 recuerda mucho al anterior, supone una evolución muy completa que se aprecia en todo: amplitud, calidad de fabricación y, en especial, en el comportamiento dinámico, que permite disfrutar la conducción con seguridad: es más estable y tiene unas ayudas electrónicas más avanzadas que evitan casi todos los apuros sin que el conductor apenas lo note.

Un nuevo TDI más potente

El A3 estrena el motor 2.0 16v. TDI de 140 CV, algo más potente que el anterior 1.9 TDi (130 CV). Pero como éste ya iba muy bien, no sorprende mucho, al menos por sus prestaciones. Y al tener que mover un peso superior (unos 140 kilos más que el anterior A3), al final corre casi igual.

La respuesta es más suave y progresiva, porque tiene más fuerza a bajo régimen y apenas se nota el turbo. Resulta más agradable, tanto en ciudad como al viajar, aunque la sonoridad no ha evolucionado mucho: es menos fino y más rumoroso que otros turbodiésel modernos. Pero responde bien desde casi 1.000 vueltas y se estira con mucho nervio por encima de las 4.000. Con la ayuda de un cambio manual de seis marchas muy bien escalonadas reacciona al instante al acelerador y permite viajar el ritmo que se elija.

Además, los consumos son sorprendentes para lo que corre: menos de seis litros a ritmos legales y alrededor de ocho en ciudad y conducción rápida.

Sólido y con mucho aplomo

El nuevo TDi no aporta una mejora radical, pero el comportamiento dinámico y la calidad de conducción suponen un gran salto adelante. El A3 tiene ahora un tacto más fino y consistente, con la sensación de solidez de un coche más grande. El aumento de peso y tamaño no sacrifican la agilidad y aportan más aplomo en trazados rápidos, gracias también a la mayor distancia entre los ejes. Pero los aspectos más mejorados son la rigidez del chasis y el compromiso de las suspensiones, ahora más cómodas y mucho más eficaces.

Estos avances se aprecian en una mayor solidez al filtrar los baches. Aportan una buena estabilidad: reacciones ágiles, dirección exacta y poco balanceo lateral. El A3 se agarra muy bien al asfalto, obedece con precisión al volante y puede enlazar las curvas a ritmos rápidos haciendo sentir que todo está bajo control. Y es así porque las ayudas electrónicas de serie (ABS, control de estabilidad ESP...) actúan sin que casi se noten y eliminan los sustos, al menos en una conducción racional. Los frenos actúan bien y completan un conjunto bien resuelto.

La unidad probada tenía el acabado deportivo Ambition (suspensión y chasis más enérgicos, llantas de 17 pulgadas...), una solución equilibrada e ideal para quienes valoran el disfrute al volante: combina unas reacciones más eficaces sin perder apenas confort, al contrario de lo que ocurría en el A3 anterior. Y permite hacer viajes largos sin cansarse.