Deportividad práctica
Una 'sport' con carácter deportivo, pero más apta en el uso diario que la anterior TL 1000
LA NUEVA SV 1000 S está a medio camino entre una moto deportiva pura y las sport-turismo de última generación. Quiere repetir el éxito de su hermana la SV 650 S, una de las mejores propuestas del mercado. Suzuki define su política con un lema: "Sencillez, diversión y economía". Y lo ha aplicado en la SV 1000 para conquistar a quienes buscan una imagen deportiva, pero no las incomodidades de esta categoría. El precio, 10.499 euros, no es ninguna ganga, pero se sitúa por debajo de casi todas las deportivas puras, que rozan o pasan de 14.000 euros.
La SV 1000 S luce un carenado doble de esos que, según lo definen los entendidos, dejan el ombligo al aire: una afilada cúpula con un doble faro en la zona superior, y una quilla que protege los bajos del motor. Es uno de sus puntos fuertes porque le aporta una gran personalidad, y se completa con unos mandos, un equipamiento y una instrumentación bastante correctos, aunque sin alardes.
- UN CHASIS MUY ELABORADO
Suzuki ha puesto al día la gestión electrónica y la inyección del motor bicilíndrico en V de la TL 1000, una base de partida plenamente actual e incluso de las mejores de su categoría. Rinde 120 CV a 9.000 vueltas, lo que, unido a un cambio de seis marchas muy bien escalonadas y una transmisión por cadena, aporta un rendimiento brillante.
La principal novedad es, sin embargo, la construcción del chasis en aluminio fundido. Está fabricado con la técnica de alto vacío, que aporta un excelente compromiso entre rigidez y ligereza. Y presenta un aspecto impecable.
Por lo demás, las suspensiones y frenos son similares a los de una deportiva: horquilla y amortiguador regulables y grandes discos con pinzas de cuatro pistones.
- BIEN EN TODAS PARTES
La SV 1000 cumple bien en todo y los 120 CV mueven bien sus 210 kilos de peso y permiten alcanzar 240 km/h. Aunque, según el tipo de conductor, la botella estará siempre medio llena o medio vacía. En ciudad no tiene una posición radical, pero el asiento es alto y complica las maniobras en parado. En autopista corre mucho y ofrece una buena estabilidad a alta velocidad.Sólo muestra un inconveniente: las vibraciones del motor aumentan cuando se acerca al régimen máximo, aunque no molestan. Pero la cúpula protege bien al piloto, aunque la posición del pasajero es sólo para entusiastas. Sin embargo, donde rinde mejor es en carretera abierta. Su potura racional y la respuesta del motor permiten disfrutar siempre sus virtudes sin depender del trazado de la carretera e incluso del estado del piso.
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