El 11-S, desde el desasosiego

Los libros de artículos son una especie a extinguir. La mayoría de ellos no sobreviven al test de la actualidad y la permanencia. Los artículos de reflexión que aparecen en los periódicos han adquirido la misma velocidad que los medios de comunicación, contaminados unos a otros por la existencia de Internet. La red ha venido a fijar lo efímero y cualquiera puede consultar lo que de anécdota y de categoría queda en cada texto.

Toda regla tiene su excepción. Un buen libro de artículos puede convertirse en una joya. ¿Necesitamos recordar la edición de los textos periodísticos de Mario Vargas Llosa, no sólo en lo que tienen de riqueza literaria sino de polémica ideológica? Leer esa suma editada de pequeños ensayos es confrontarse con el pensamiento de Vargas y, por ende, con el de uno mismo.

Josep Ramoneda afirma su reluctancia ante los libros de artículos, pero ha decidido pasar el examen con una selección de los suyos. Lo ha conseguido de modo holgado. Tal vez porque ya cuando escribe en el periódico (en este caso son textos de EL PAÍS) lo hace con voluntad de permanecer; a la información y al análisis le suele añadir las ideas y el contexto. Y esto da valor añadido al artículo en el medio de comunicación, y tal valor añadido sigue estando presente en el libro.

En este sentido, Del tiempo condensado tiene ese corpus que se exige a los libros ("todavía el formato cultural" por excelencia) y plantea un panorama sobre lo que está sucediendo en este mundo del cambio de siglo, que fue atropellado por los atentados terroristas de Nueva York y Washington. Desde entonces, no hemos vuelto a la normalidad. Ramoneda lo subraya desde distintos puntos de vista; los universales, que corresponden al desarrollo del circuito globalizador en el que el terror corre más deprisa que la globalización de los movimientos de personas; y los particulares, que corresponden a nuestro país, y que también se ven contaminados por el terror: la coyuntura del País Vasco.

Especial relevancia cobran, dentro del texto, las entrevistas a filósofos. Ramoneda es un francófilo y se le nota en la selección (a Lefort, Glucksmann, Michaud, Gauchet y, sobre todo, una más sobresaliente que las demás, a Jorge Semprún). De todo ello emerge un revolutum de cosas nuevas con disfraces viejos, cosas viejas con disfraces nuevos y "novedades reales que intentamos capturar con nuestros viejos esquemas para defendernos del desasosiego".