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La sindicalista de Cádiz que denunció a dos compañeros por violación sufre "trastorno histriónico"

La médica forense del Juzgado de instrucción número de 2 de Puerto Real (Cádiz) duda que la antigua presidenta de la Junta de Personal del Ayuntamiento de Cádiz Rosario Carrero fuese agredida y violada por otros dos sindicalistas municipales, como denunció la supuesta víctima. El informe forense señala que no existen pruebas físicas de que Carrero fuese violada y que "hay posibilidades" de que las heridas sufridas por la sindicalista "fueran autoinfligidas". "Sufre un trastorno histriónico de la personalidad y una patología psiquiátrica de tipo convulsivo-disociativo de origen histérico que le llega a tener tendencia a la fantasía y la fabulación", detalla el escrito de la forense, que ayer publicó Diario de Cádiz.

Rosario Carrero, que pertenece al Sindicato de Trabajadores Públicos, ingresó el pasado 22 de enero en el hospital Clínico de Puerto Real tras recibir supuestamente una brutal paliza en su domicilio por dos encapuchados que la golpearon con un palo y con un objeto punzante y le metieron la cabeza en la pileta del lavabo llena de agua, según denunció ella misma ante la policía. La supuesta agresión se produjo 24 horas después de que Carrero denunciara que era objeto de una "persecución" por parte de la intervención municipal, que detectó anomalías en las cuentas del fondo social que dirigía Carrero (del que no estaban justificados gastos por 54.000 euros), y de una "campaña de hostigamiento" de CC OO Casi un mes más tarde, la sindicalista denunció que fue también violada e identificó a dos sindicalistas de Comisiones del Ayuntamiento como agresores.

Las conclusiones de la forense, que ya están en manos del juez que instruye el caso, se basan en los informes médicos elaborados por el centro ginecológico del Hospital Puerta del Mar de Cádiz y otro psiquiátrico del Hospital de Puerto Real, análisis efectuados por el Instituto Nacional de Toxicología que estudió la ropa interior de Carrero, y en los reconocimientos realizados personalmente por la médica forense, que pone especial énfasis en que la sindicalista tardó 22 días en denunciar que fue violada.

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