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La familia de una joven asesinada pega carteles en busca de ayuda

La víctima fue raptada, violada y quemada cerca de Leganés

El País

La familia de Sandra Palo, de 22 años, asesinada en la madrugada del pasado 17 de mayo, está distribuyendo cientos de carteles por las calles de Getafe y sus alrededores en los que pide colaboración ciudadana para "esclarecer el crimen". Los carteles, junto a la foto de Sandra, llevan la inscripción "Si tienes alguna pista para ayudarnos a esclarecer los hechos y que no sigan en libertad los asesinos, llama al 091".

La tía de la joven asesinada, Marina Leña, declaró ayer a Efe que la familia "no va a parar" hasta que los asesinos de Sandra "estén en la cárcel". "Si nos arrancan los carteles, volveremos a pegarlos y vamos a realizar una manifestación en Getafe para que la gente nos apoye y se conciencie", añaden.

Marina explicó el por qué de recurrir a la colaboración vecinal: "Todos tenemos hijos y nos puede pasar a cualquiera, y en la calle hay unos asesinos que lo pueden repetir en cualquier momento".

El grupo sexto de Homicidios de Madrid prosigue las investigaciones. "Pero la policía no nos concreta nada y sólo sabemos que fue violada, atropellada repetidamente y quemada viva", añadió la familiar.

Sandra, vecina de Getafe, fue vista por última vez en la parada de autobuses interurbanos de la plaza Elíptica, a las 2.30 del 17 de mayo, y fue encontrada muerta a las 6.45 en el kilómetro 8,200 de la carretera de Toledo, junto a una empresa de artes gráficas.

La familia de la joven se mantiene a la espera de que concluyan la autopsia y las pruebas de ADN, por lo que, a día de hoy, desconoce cuándo podrán enterrarla.

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La joven fue hallada sin vida en un paraje de la carretera de Toledo (N-401), a la altura de Leganés. La víctima había salido a tomar unas copas con unos amigos por Madrid y cuando regresaba a su casa fue secuestrada por sus asesinos. Un camionero la encontró caída, con signos evidentes de violencia y parcialmente quemada.

Última llamada

Sandra, que residía en el barrio de Las Margaritas con sus padres y sus dos hermanos menores, se marchó de casa y quedó con sus amigos en Madrid. Su rastro se pierde ya en la madrugada del sábado en la plaza Elíptica (Carabanchel), desde donde telefoneó a su familia para informarle de que se disponía a tomar un autobús para regresar a casa. Sin embargo, nunca llegó a subir a un transporte público.

Fuentes policiales sospechan que uno o varios individuos la raptaron y se la llevaron por la carretera de Toledo, donde la mataron. Aún se ignora si fue quemada tras ser atropellada o si su muerte se produjo al revés.

Varios vecinos de la víctima señalaron que no era la primera vez que ésta faltaba del domicilio familiar. El pasado verano se fugó cuatro o cinco días con el encargado de un puesto de venta de melones que había en el barrio. La policía la encontró en Murcia varios días después de su desaparición.

Los vecinos señalaron que Sandra no tenía ningún rasgo físico que denotara el retraso mental que padecía. "Era una chica alta, rubia y bien parecida. Sólo se notaba el retraso cuando hablaba, porque siempre repetía las mismas cosas". Según los vecinos, la joven padeció de niña una meningitis.

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