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Columna
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La izquierda

No hay más votos a la izquierda. Ni en España ni en Andalucía. El territorio electoral andaluz está delimitado desde hace años. Los andalucistas, en una nefasta estrategia, atacaron a la izquierda, a Izquierda Unida, pensando que le podían arañar votos. No lo consiguieron y dos políticos de largo recorrido como Pepe Núñez e Ildefonso Dell'Olmo, entre otros, lo pagaron.

Lo de Patricio González (Algeciras) y Alejandro Rojas Marcos (Metro) es otro rollo, como diría un castizo. Los andalucistas tendrán futuro en la medida que sean capaces de transmitir a la población que son una opción política seria y no personal. Si, ahora, además, caen en la trampa de querer salvar la cabeza de Patricio González, a cambio de entregarle el poder a Pedro Pacheco, se le pueden caer todos los palos del sombrajo donde se resguardan a la espera de tiempos mejores, que vendrán.

También saben los socialistas que el techo del voto de izquierdas es cada vez más escaso y caro. Y que el voto marginal, como ha demostrado el de Los Verdes (opción electoral lógica y a la que nada hay que oponer), es una sangría que penaliza a los partidos de izquierdas (Torres Hurtado no sería alcalde de Granada, por ejemplo).

Los socialistas, claros y rotundos vencedores de estos comicios en España y, sobre todo, en Andalucía, donde se mantiene una notable diferencia con el voto del PP, más de un 7%, han iniciado un profundo análisis para estudiar estrategias que les permitan recuperar el voto urbano que es de centro, con tintes de derecha liberal.

Podemos asistir en los próximos meses a la apasionante batalla con Teófila Martínez y sus huestes (incluido Arenas) dejándose la piel por los caminos andaluces a la caza del voto rural y los socialistas intentando aumentar su cuota electoral en las grandes ciudades donde lograron un incremento de más del 12%. En Málaga, por ejemplo, pasaron de nueve a 12 concejales en la capital, habiendo perdido el PP tres de sus principales objetivos: la Diputación, la alcaldía de Vélez-Málaga y terminar con la era del Gil en Marbella. Y en Estepona tendrán que sumar los votos de ex dirigentes de Jesús Gil para gobernar. Fracasaron.

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