Trias asegura que CiU intentará romper el pacto tripartito de Barcelona

Xavier Trias ha empezado a diseñar su tarea de oposición municipal. Convergència i Unió (CiU), pese a admitir que los resultados en Barcelona no son los deseados -perdió un concejal y se queda con nueve -, entiende que el mapa político en el Ayuntamiento ha sufrido un vuelco. Son posibles otras mayorías. Ante este nuevo escenario, Trias se ha propuesto torpedear de forma esporádica el equipo de gobierno que previsiblemente renovarán socialistas, Iniciativa y Esquerra Republicana. Y lo hará por el flanco progresista y catalanista, pilares de su campaña electoral.

"Joan Clos ya no puede hacer lo que quiere", afirmó tajante Trias en su primera comparecencia para analizar los resultados del domingo. La pérdida de cinco concejales por parte de los socialistas configura un nuevo panorama municipal que CiU no está dispuesta a desperdiciar. Principalmente porque el alcalde necesita como nunca a sus socios de Iniciativa y Esquerra, lo que a juicio de CiU confiere cierta fragilidad a esta mayoría. "Por primera vez hay otras sumas aritméticas", manifestó.

Los convergentes entienden por tanto que, en determinados casos, este pacto de izquierdas puede llegar a quebrarse. Y en este objetivo pondrán todo su empeño. "Intentaremos buscar acuerdos en todo lo posible. Pero seremos un ejemplo de coherencia. Cualquier persona que quiera pactos los tendrá, pero manteniendo nuestra apuesta por el catalanismo y el progresismo. Y no vamos a traicionar esta línea hasta conseguir la alcaldía". Trias no pudo ser más claro.

CiU se ha propuesto hacerles la "vida difícil" a Clos y a sus socios. Un marcaje en toda regla con especial atención a las políticas progresistas y catalanistas. Tiempo no les falta. Trias reafirmó ayer su compromiso de permanecer 12 años -tres mandatos- en el Ayuntamiento, al tiempo que aprovechó para lanzar una pulla a su antecesor como alcaldable, Joaquim Molins: "Yo no haré como otros que se marcharon y dejaron un cacao monumental".

La apuesta de CiU es a largo plazo. Y como aseguran los nacionalistas, el 25-M les ha dado elementos para el optimismo. CiU ha reducido su distancia con el PSC de 10 concejales en 1999 a seis, si bien es verdad que tienen al Partido Popular pisándoles los talones. La diferencia de ediles con los conservadores se ha reducido de cuatro a dos. "Los socialistas han sufrido un bajón espectacular. Los electores les han castigado", subrayó Trias en su particular análisis electoral, en el que trata de disimular su mal resultado señalando el revés del PSC.

CiU tiene otra razón para la esperanza. De los más de 15.000 votos que CiU gana en toda Cataluña, 11.000 corresponden a la ciudad de Barcelona. Pero están lejos de los 120.000 votos que perdieron los nacionalistas en los comicios de 1999 con Molins como candidato. Y no los ha recuperado a pesar de que su principal adversario, Joan Clos, ha perdido 61.000. El ligero aumento de CiU ha determinado su victoria en los distritos de Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts y el Eixample, y un empate técnico en el barrio de Gràcia, en el que los socialistas superan a CiU por escasos 300 votos. La federación nacionalista gana dos consejeros de distrito.

Trias opina que con estos resultados, y si hace una intensiva labor de oposición, CiU puede salir victoriosa en los próximos comicios. "Nosotros no estamos en caída libre, y si el PSC sigue esta tendencia, perderá las próximas elecciones", señaló el futuro concejal, que en su diagnóstico pasó por alto que en estas elecciones no ha logrado arañar los votos perdidos por Clos.

El candidato admitió que los pactos entre CiU y el PP -que la dirección del partido se ha esforzado en negar durante la campaña- le han perjudicado notablemente, por lo que parte de sus electores ha optado por votar a ERC. "Acertamos con el diagnóstico y la terapia, pero hubiéramos necesitado más tiempo para explicar que era la correcta", concluyó.