Asesinado uno de los jefes de la mafia rusa en San Petersburgo
Konstantín Yákovlev, uno de los padrinos del mundo delictivo de San Petersburgo, murió asesinado junto con dos personas más el domingo por la tarde en el centro de Moscú, cuando el coche en el que se desplazaban fue tiroteado por dos jóvenes que les dieron alcance en una motocicleta.
A principios de los años noventa, Yákovlev, cuyo alias era Kostia Mogila (Kostia el Tumba), "fue para San Petersburgo lo que Al Capone para Chicago", según comentaba ayer el canal de televisión NTV. Tras haber sido objeto de un atentado en 1993, Yákovlev se había distanciado en apariencia del mundo criminal, ayudado por Víctor Novosélov, vicejefe de la asamblea legislativa (consistorio) de San Petersburgo, asesinado en 1999.
Sus amplios intereses abarcaban el sector energético y bancario, el negocio inmobiliario, la construcción y la industria farmacéutica. Como empresario de medios de comunicación, tenía varios canales de televisión por cable y se dedicaba también al negocio publicitario. Pese a sus esfuerzos por mantener una apariencia de legalidad, Kostia el Tumba fue objeto de un nuevo atentado en 2000. Según afirmaba ayer el diario Gazeta de Moscú, entre los buenos conocidos de Konstantín Yákovlev se encontraban el magnate exiliado Borís Berezovski y el gobernador de San Petersburgo y su esposa.
El periódico afirma que el asesinato podría estar vinculado con las próximas elecciones a gobernador en San Petersburgo, previstas para el año próximo. Uno de los muertos en este "asesinato de cine", según un testigo del crimen, era ayudante de uno de los senadores de la Cámara alta. Yákovlev había ido de San Petersburgo a Moscú con intención de marcharse a Alemania.
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