El PP avanza en la Costa da Morte y resiste en las Rías Bajas
Los populares aumentan sus mayorías en la zona más afectada por la marea negra causada por el 'Prestige'
Santiago de Compostela
Los dirigentes del PP en la Costa da Morte no iban de farol cuando aseguraban durante la campaña que si el Prestige influía en los resultados sería en su beneficio. La zona de Galicia más afectada por el chapapote no sólo no dio la espalda al PP sino que mejoró sus posiciones en municipios como Fisterra y Cée, mientras el PSOE se quedaba sin una alcaldía y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) sufría un retroceso general en casi todas las localidades de la comarca. En las Rías Bajas, donde los marineros detuvieron el fuel con sus propios medios, el PP tuvo mayores pérdidas pero también ganó terreno en localidades muy simbólicas como O Grove. Las generosas ayudas del Gobierno a los afectados pesaron más que la controvertida gestión de la catástrofe.
El alcalde de Muxía (A Coruña), la zona cero del desastre, se había convertido en una especie de bestia negra para los voluntarios y para el movimiento Nunca Máis. Desde el primer día, el regidor, Alberto Blanco, defendió a capa y espada al Gobierno de su partido. Acabó enfrentado a la cofradía de pescadores y a los que llegaban de fuera para limpiar la costa aduciendo que su presencia ya no era necesaria. Blanco se paseó el domingo en las urnas. Perdió sólo 25 votos con respecto a 1999 y mantuvo con comodidad su mayoría absoluta.
Susto en Carnota
Hay otra zona cero, Carnota, en el extremo sur de la Costa da Morte, donde gobernaba el nacionalista Xosé Manuel García con el apoyo del PSOE. El ayuntamiento de Carnota creó su propio dispositivo para atender a los voluntarios, y el alcalde fue insistente en su demanda de más medios para afrontar el desastre. García seguirá gobernando Carnota con el apoyo del PSOE, pero se llevó un buen susto: cayó ocho puntos porcentuales con respecto a 1999. El batacazo del BNG quedó compensado con el ascenso socialista, pero el PP también mejoró sus posiciones y fue la primera fuerza con el 47,57% de los votos.
El PP logró grandes éxitos en otras dos poblaciones de la Costa da Morte, Fisterra y Cée, donde gobernaba con apoyos de otras fuerzas y ahora dispondrá de mayoría absoluta. Los populares incluso se permitieron arrebatar al PSOE -que en general resistió en la comarca mejor que el BNG- el pequeño municipio de Cabana. En Ponteceso, donde la marea negra arruinó grandes bancos de percebe, el PP arrolló con el 63% de los sufragios. El BNG fracasó en su intento de hacerse con la principal plaza de la zona, Carballo, y además se quedó sin mayoría absoluta en Corcubión, un feudo histórico, en el que gobierna desde 1977. El PSOE, sin embargo, rozó sus mayorías absolutas en Camariñas y Laxe.
En la Costa da Morte la respuesta popular a la gestión de la crisis ya había sido tibia, a diferencia de las Rías Bajas, donde la contestación social se elevó con vehemencia. En esa zona de Galicia, más rica y urbana que la Costa da Morte, el PP sí sufrió desgaste, aunque sin llegar al naufragio. Los populares perderán algunas alcaldías como Boiro, en la ría de Arousa, o Moaña, en la de Vigo, que probablemente serán para el BNG. Pero lograron un gran éxito en O Grove, uno de los pueblos más combativos durante la crisis, donde gobernaban en minoría y han subido 13 puntos porcentuales con respecto a 1999. Además, el PP mantiene cómodamente alcaldías como Cangas do Morrazo, Ribeira, Sanxenxo, Cambados y Pobra do Caramiñal.
En las dos grandes ciudades de las Rías Bajas, Vigo y Pontevedra, el PP tampoco sufrió una hemorragia. Retrocedió en términos porcentuales y en número de ediles. En Pontevedra, además, dejó de ser la primera fuerza. Pero al incrementarse la participación, incluso aumentó levemente el número de votos recibidos hace cuatro años.
Menos fuel, menos votos
Mucho más al norte, en las puertas del Cantábrico, el Prestige tampoco jugó a favor de los rivales del PP. En Cedeira (A Coruña), donde el chapapote amenazó los mayores bancos de percebe de Galicia, el PP arrebató la alcaldía al BNG. Sin embargo, en la costa de Lugo, mucho menos afectada, los populares sí sufrieron un revés al perder dos importantes alcaldías, las de Viveiro y Ribadeo, que serán para el PSOE.
La lectura de los resultados invita a una conclusión paradójica: uno de los políticos más dañados electoralmente por el Prestige tal vez haya sido un socialista, Francisco Vázquez, alcalde de A Coruña. Vázquez, tan comprensivo con la gestión del Gobierno como crítico con Nunca Máis, revalidó su mayoría absoluta por sexta vez consecutiva tras vivir una noche de infarto. El alcalde coruñés perdió 10.000 votos y tres concejales, que fueron a parar al BNG, al que Vázquez acusó reiteradamente de manipular las protestas sociales.
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