Una pareja de hecho
"Gregorio López Raimundo baila muy bien, mejor que yo; y lo demostraba con el Moliendo café", explica Antoni Gutiérrez Díaz, veterano dirigente del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), partido en coma. Aunque haya baile, ésta es una historia de comunistas con mucha cárcel sobre sus espaldas, de reencuentro de una pareja que nunca ha estado rota, pero que a fuerza de años y a golpe de escisiones ha dejado enfriar su relación. El paté de campaña de hoy más que un ligero entrante es un potente segundo plato, más propio de un duro invierno en la tundra que de esta primavera en la que se ve mucho liberal de subvención, socialista de mercado, y nacionalista de rebajas. De hecho se trata de una historia de amor, de la vida de una pareja de hecho, dice el Guti. Cuando se inició, sus protagonistas eran apuestos jóvenes, con aura de valientes, capaces de desafiar a un régimen militar que, a veces hay que recordarlo, torturaba y ejecutaba a los disidentes. Hoy peinan canas, se siguen calificando de comunistas -aunque militan en iglesias separadas- y sonríen cuando alguien les recuerda sus históricas dotes de seducción. Su llegada a la rambla de Just Oliveras de L'Hospitalet ha levantado expectación. Han acudido a apoyar a su candidato Ramón Luque, cabeza de lista de Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA). Son pocos pero con muchas siglas, que eso sí que lo tiene el comunismo. Faltan pocos minutos para las once y llega Gregorio (EUiA). Se sienta en la terraza de Granjas La Catalana. Poco después de las once, lo hace el Guti (ICV). Gregorio (88 años) lleva corbata, como los viejos comunistas; Gutiérrez Díaz (72 años) va con americana y polo, en una versión más informal. La gente se detiene a mirar. Pocos les conocen ya. El alboroto lo producen las cámaras de televisión y los fotógrafos, en prueba inefable de que el medio es el mensaje.
"¿Quiénes son esos tíos?", se pregunta un grupo de adolescentes de pelo engominado (ellos), ombligo al aire (ellas) y pantalones acampanados (todos). "¡No sé, tío!", exclama uno, "pero ahí está la televisión de L'Hospitalet". Demasiados personajes para un solo plano. "¿Recuerdas cuando reunimos a la ejecutiva, aquí en L'Hospitalet, para condenar la invasión soviética de Checoslovaquia?". El Guti se acuerda de todo, aunque ya no existan ni la URSS ni Checoslovaquia, y el comunismo haya perdido sus referentes liberadores a base de vestirse de dictadura. "En Moscú conocí a Alexander Dubceck", recuerda Gregorio. Después de la entrada de los tanques del Pacto de Varsovia, el líder de la primavera checa pasó de la secretaría general del partido comunista a la jardinería. El comunismo ha sido siniestro cuando ha ejercido el poder. En Cataluña, durante el franquismo, ser comunista era luchar por la libertad, y de eso sabe mucho la pareja protagonista de hoy. De hecho, el PSUC ha sido una escuela de desinteresado pluralismo. Hoy tiene ex militantes en las restantes formaciones políticas, desde el PP hasta el PSC, pasando por CiU. A la dispersión se ha unido la división endémica. Hasta que, de vez en cuando, la testaruda realidad les hace volver a juntarse. El Guti y López Raimundo están acostumbrados a las separaciones y ahora para celebrar su reconciliación brindan con zumo de naranja. Siguen siendo comunistas. Por eso, cuando hablan del partido saben que están hablando del Partido: ese que no existe pero está ahí.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.