La mente de Van Gogh

Editado con motivo de la exposición dedicada a Vincent van Gogh en el museo que lleva su nombre en Amsterdam con motivo del 150º aniversario de su nacimento, aparece esta versión en castellano del catálogo de la muestra. Con ello se tiene la doble oportunidad de revisar con tranquilidad la selección de obras expuestas y también tener acceso a los textos de los expertos reunidos en esta cuidada edición.

Un libro que se aleja del facilismo y propone una tesis. Los organizadores de la muestra se plantearon reconstruir el Museo Imaginario de Van Gogh, aquellos cuadros y paisajes que rondaban su mente cuando abordó algunas de sus obras. La reconstrucción de este amplio y complejo temario se ha hecho a partir de las muchas referencias a sus filias y fobias, expresadas en la abundante correspondencia que sostuvo principalmente con su hermano Theo.

Sus cartas, desde las tempranas de mediados de 1873 hasta las finales poco antes de su muerte en julio de 1890, tienen referencias a más de 1.100 obras de arte realizadas por artistas muy diversos, así como menciones a cerca de 300 libros y artículos aparecidos en revistas. Entre sus maestros se cita principalmente a Delacroix, Millet y Rembrandt, de los que escribe con entusiasmo, pero también figura su admiración por los grabados japoneses.

Tanto la muestra como el libro han intentado encontrar las correspondencias entre los gustos de Van Gogh y su arte, abarcando la amplia gama de sus pasiones. Una investigación que no sólo ha querido revisar las influencias de otros artistas u obras literarias en su trabajo, sino profundizar en los detalles que quedaron anclados en su mente y discernir los criterios con los que juzgaba el arte de los demás.

Estudios que tienen más que ver con la psicología que con la técnica artística o con la estética, pero que en el caso de este pintor de existencia difícil y torturada, tiene especial relevancia. Hijo de un pastor protestante y aprendiz de clérigo él mismo durante una etapa de su juventud, la religión tuvo en su vida un papel importante y por ello, dada su naturaleza angustiada, también conflictivo. Esto se analiza en varios de los estudios incluídos en este libro.

El artista sintió desde muy joven el desasosiego ante el mundo que le rodeaba y buscó el consuelo redentor en el arte y en la naturaleza. Los iluminadores ensayos de este volumen abordan también su relación con las vanguardias de su tiempo y las diferentes técnicas que utilizó, desde el color en su pintura hasta los dibujos y grabados.

Unos textos que sin duda preparan al lector para la selección de obras propias y ajenas que siguen el desarrollo de la exposición (abierta hasta el 15 de junio) y que, sin reemplazar el placer de ver una obra original, permiten acercarse al mundo interior del trágico y gran pintor expresionista. La parte referida a las obras en exposición enfrenta a pintores tan diversos como Brueghel, Van Ruisdael, Hals, Boticelli, Constable, Corot, Bernard, Puvis de Chavannes, Courbet, Signac y, por supuesto, Paul Gauguin, con una serie de pinturas y dibujos de Van Gogh con los que se establecen los nexos.