Maragall acusa a CiU de "vender el Ebro por 12 votos"
El socialista Pasqual Maragall insistió ayer en la trabazón que a su juicio existe entre Convergència i Unió y el Partido Popular, y pidió a los ciudadanos que la tengan en cuenta el domingo a la hora de votar. En Girona, donde participó en el mitin central de la alcaldesa y aspirante a la reelección, Anna Pagans, Maragall acusó a CiU de "traicionar" periódicamente los intereses de Cataluña y puso como ejemplo su apoyo al Plan Hidrológico Nacional (PHN): "Se han vendido el Ebro por 12 votos", dijo en referencia a los 12 diputados del PP que han sostenido al Gobierno catalán en el Parlament en esta legislatura.
Ni siquiera en su visita a las comarcas del Ebro había utilizado Maragall un tono tan duro para referirse al apoyo de CiU al PHN. En su opinión, la federación nacionalista pagará el domingo por las reiteradas "traiciones" que a su juicio ha cometido contra el pueblo de Cataluña. Una cada seis años: según su esquema, en 1981 por salirse de los pactos de progreso municipales, en 1987 por las leyes de ordenación territorial que suprimieron la Corporación Metropolitana de Barcelona, en 1993 por "boicotear" la Carta Municipal de Barcelona -de lo que responsabilizó ya a Artur Mas- y en 1999 por "vender el Ebro y renunciar a la reforma del Estatut".
Sistema jerárquico
El dirigente socialista consideró que la cúpula de CiU tiene los días contados. Lo dijo de forma enigmática, sin citar a nadie: aseguró que CiU se rige por un "sistema jerárquico de mando que si falla, falla todo". "El mando lo tendrá que dejar", dijo en referencia a Jordi Pujol, Artur Mas y Josep Antoni Duran. A su juicio, si el "mando" lo deja, CiU "saldrá ganando". En otro guiño a los electores nacionalistas desencantados -a los que no cesa de tender la mano, para desesperación del aparato del partido-, subrayó que en esta formación y su entorno hay gente muy válida.
Según Maragall, la colaboración entre CiU y el PP no se limita al Congreso y al Parlament, sino que el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat puso el acento en que ésta también se da en muchas de las localidades importantes que CiU gobierna, como Tarragona, Sant Cugat del Vallès y El Vendrell. Conseguir un vuelco electoral en estas ciudades es precisamente la prioridad que se ha marcado el PSC como termómetro de que el cambio en las elecciones autonómicas es imparable.
Maragall se mostró muy confiado en que el PSC mantendrá la alcaldía de Girona, a pesar de que Joaquim Nadal ha cedido el testigo a Anna Pagans, que se estrena como candidata.
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