Una ONG esgrime 120 casos para defender el valor del indulto como arma contra la inseguridad ciudadana
La Coordinadora de Barrios, una entidad que apoya a jóvenes desfavorecidos, considera que el indulto es una buena herramienta para lograr la rehabilitación de delincuentes y luchar así, de raíz, contra los problemas de inseguridad, uno de los temas estrella de la presente campaña electoral. La entidad ha estudiado 120 casos de jóvenes toxicómanos indultados desde 1989, y cuya trayectoria conoce, y ha comprobado que, tras obtener la medida de gracia, ninguno ha vuelto a delinquir.
José Luis Segovia, sacerdote, jurista y uno de los autores de este estudio, entregado la semana pasada al Ministerio de Justicia, considera "una injusticia flagrante que un joven que ha rehecho su vida tras cometer un delito deba ingresar en prisión". "Salir del círculo droga-marginación-delincuencia es posible, pero hace falta esfuerzo personal, tratamiento terapéutico, apoyo social y afectivo y alternativas legales adecuadas", añade.
"El indulto, aunque válido, no deja de ser una medida excepcional a la que tenemos que recurrir porque no hay otra. El Código Penal impide a los jueces ofrecer otra alternativa que no sea la prisión a los delincuentes rehabilitados con condenas de más de tres años", matiza Segovia. El indulto es una medida de gracia que concede el Consejo de Ministros a los condenados en sentencia firme que demuestren fehacientemente estar rehabilitados. Según Javier Baeza, miembro de la Coordinadora, "desde 2000 el Gobierno ha reducido la concesión de indultos y ahora busca caminos más criminalizadores".
El perfil de los 120 jóvenes estudiados es el de un varón de 23 a 30 años, de clase media-baja, con fracaso escolar y escasa cualificación laboral. La mayoría cometió delitos contra la propiedad (robos) o contra la salud pública (trapicheo de drogas). El 60% está ahora trabajando. El 84% era reincidente, es decir, había cometido ya algún otro delito. "Eso demuestra que la reinserción no depende tanto del pasado como del presente. Muchos de estos jóvenes reaccionan después de tocar fondo; lo importante es que cuando eso sucede se les ofrezca una alternativa a la cárcel que les ilusione", concluye Segovia.
La Coordinadora estima que con estos 120 indultos, además de haberse logrado la rehabilitación de estos jóvenes, la sociedad se ha ahorrado 25.000 euros anuales por cada uno de ellos, que es lo que cuesta la estancia en prisión.
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