Sevilla, en alerta

Un joven seguidor del Oporto, de 17 años de edad, falleció ayer ahogado en las aguas del río Guadalquivir cuando se daba una baño para combatir las altas temperaturas que se registran estos días en Sevilla. Los bomberos rescataron el cadáver minutos antes de las dos y media de la tarde. La mezcla de calor y alcohol en grandes cantidades es la principal amenaza para la agradable calma con la que se ha vivido la llegada de miles de aficionados del Oporto y el Celtic de Glasgow, que esta noche (La 2, 20.45 horas) juegan la final de la Copa de la UEFA en el estadio de La Cartuja.

Aparte de la citada muerte, se han registrado otros incidentes. Así, un aficionado del Celtic estaba recluido en la tarde de ayer en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Sevilla acusado de haber herido con un arma blanca a uno de sus compatriotas. El juez dejó ayer en libertad a otro seguidor escocés acusado de haber destrozado la habitación que ocupaba en uno de los establecimientos de la cadena Novotel, en las cercanías del estadio Sánchez Pizjuán.

La alegría e innegable simpatía que trajeron los aficionados escoceses durante el fin de semana se está convirtiendo poco a poco en preocupación. Las sorprendentes cantidades de cerveza que consumen -un establecimiento irlandés situado enfrente del Patio de los Naranjos de la Catedral habla de ventas de 5.000 litros por día- y su número, que ya ronda las 60.000 personas, han motivado que la policía refuerce su presencia en las zonas que han elegido para congregarse, siempre en las cercanías de pubs irlandeses.

El dispositivo de seguridad, en el que participan 1.000 agentes del Cuerpo Nacional de Policía y 300 guardias civiles, situó los alojamientos de ambas aficiones en extremos opuestos del centro de la ciudad. Sin embargo, la cerveza lleva a que los escoceses ronden más por los alrededores históricos que donde se suponen que tienen que pernoctar.

El caso de los seguidores del Oporto es diferente, ya que está previsto que la mayoría de los 30.000 que se calcula que llegarán desde Portugal lo hagan hoy mismo y su impacto en la ciudad ha sido infinítamente menor que el de los escoceses.

Hasta el momento no se ha registrado roce o incidente alguno entre los aficionados de uno y otro club. Así, en la noche del lunes incluso era fácil encontrar hinchas de ambos equipos compartiendo cerveza y patatas fritas en la pequeña Escocia en la que se ha convertido los alrededores de la Catedral.