La dirección y los trabajadores deciden hoy el futuro de la firma textil Puigneró

La continuidad de Hilados y Tejidos Puigneró se decide hoy en Sant Bartomeu del Grau (Osona). Allí, la dirección, el comité de empresa y los sindicatos estudiarán las alternativas para mantener el futuro de la empresa. Ninguna de las partes ha querido desvelar sus cartas hasta después de la asamblea de trabajadores, prevista para las cuatro de la tarde, pero las perspectivas no son muy halagüeñas. Algunas fuentes implicadas en las conversaciones se limitan a dar por inevitable un nuevo expediente de regulación de empleo, que podría dejar sin trabajo a la mitad de los trabajadores, unos 250. Otras, más pesimistas, no excluyen el cese total de la actividad.

La opción que ha cobrado más forma en los últimos días es la extinción de todos los contratos y el cierre de la empresa para abrirla al día siguiente con una nueva fórmula jurídica. Así, según las fuentes consultadas, se plantea crear una sociedad anónima laboral en la que los trabajadores participaran y que quedara totalmente libre de las deudas actuales de Puigneró.

Esta posibilidad sintonizaría con la decisión que tomaron los trabajadores hace un par de meses de solicitar el embargo preventivo de la maquinaria y las instalaciones de Puigneró para convertirse en acreedores y tener la posibilidad de disponer de los activos de la empresa en caso de cierre.

El director general de Puigneró, Pere Puntí, reconoce que hoy por hoy "la situación es absolutamente inviable". A la deuda de 124,6 millones de euros se le suma una sentencia de la Comisión Europea que obliga a la empresa a retornar las ayudas de Estado recibidas.Los cierres de las fábricas de Roda de Ter y Prats de Lluçanès no han sido suficientes para reflotar una empresa hundida en una deuda de 124,6 millones de euros en un contexto de mercado muy desfavorable. Tan sólo queda el centro de trabajo de Sant Bartomeu del Grau, y de los 1.600 trabajadores que se contaban en noviembre del año 2000 ahora hay unos 500.

El director general de Puigneró, Pere Puntí, explica: "Lo que creíamos un ciclo a la baja del sector textil se ha convertido en un cambio de modelo que acabará con buena parte de la industria textil de Europa". Ante esta situación, Puntí se pregunta si "hay que aceptarla o se opta por no ser derrotistas y continuar luchando". En su opinión, hay que inclinarse por la segunda opción, pero admite que hay varias, aunque no quiso explicar nada porque "lo primero es hablar con los trabajadores".

Atrasos salariales

Los sindicatos CC OO y UGT-SICO declinan hablar del futuro hasta que se les comunique la postura oficial de la empresa. Además, antes quieren negociar un calendario de pago de los atrasos salariales acumulados y de la deuda contraída con los prejubilados.

Los trabajadores no cobran desde el mes de marzo. Tampoco se les abonó la paga extra de Navidad ni el incremento salarial para 2003 previsto en el convenio del sector. En total, la empresa adeuda a cada trabajador unos 4.500 euros, explicaron fuentes sindicales. La situación es crítica, especialmente para los matrimonios en que ambos consortes trabajan en la fábrica, hasta el punto de que algunos de ellos han recibido avisos de embargo porque no pueden pagar los recibos de sus hipotecas o créditos. Muchos han optado por abandonar la empresa de forma voluntaria sin recibir nada a cambio.

Por otra parte, unos 70 trabajadores de Puigneró que se acogieron a la fórmula de prejubilación en el primer expediente han dejado de percibir sus remuneraciones mensuales, ya que la firma textil no ha abonado su parte de las indemnizaciones a la empresa de seguros Vitalia, encargada de gestionar estos pagos.