Francia apoyará la resolución de EE UU sobre Irak si refuerza el papel de la ONU
Chirac aprovechará la cumbre del G-8 para reunir a líderes de todos los continentes
El presidente francés, Jacques Chirac, hizo saber ayer que su país votará a favor del proyecto de resolución estadounidense sobre la posguerra en Irak si se introducen "mejoras" en el texto, que refuercen el papel de la ONU como órgano legitimador de la reconstrucción política y económica. Este cambio de tono en la posición francesa se produce durante la recta final de los preparativos para la cumbre del G-8, para la cual Chirac cuenta tanto con George W. Bush como con líderes de numerosas economías emergentes, dándole así el aspecto de una pequeña ONU informal.
El giro en la posición sobre Irak fue preparado durante el fin de semana, en los contactos mantenidos entre los jefes de las diplomacias francesa y norteamericana, Dominique de Villepin y Colin Powell, respectivamente. La insistencia francesa en que la ONU certifique el desarme de Irak, levante las sanciones y reciba informes periódicos de la administración iraquí no parecen innegociables. De Villepin cuenta además con la presión de Reino Unido y España, países copatrocinadores de la resolución estadounidense. En todo caso, Francia descarta esta vez recurrir al veto.
Chirac no dio a conocer personalmente el cambio de actitud. La encargada de hacerlo fue su portavoz oficial, Catherine Colonna, quien recalcó la necesidad de introducir mejoras en el proyecto norteamericano, pero también el "espíritu constructivo" con que su país trabaja en las Naciones Unidas. La portavoz hizo estas precisiones tras un almuerzo de Chirac con el primer ministro de Noruega, Kjell Magne Bondevik, que recomendó igualmente al presidente francés el máximo de pragmatismo.
Todo esto ocurre tras otros gestos de aproximación franco-norteamericana, al hilo de los preparativos para la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países del G-8 (los siete más industrializados del mundo y Rusia), convocada en la localidad francesa de Evian para principios de junio. Fuentes francesas, que confirmaron ayer la visita de Bush a su país, aseguraron que los norteamericanos "jamás han dicho" que su presidente no pensara venir a Francia o pernoctar fuera de este país durante la cumbre, como se rumoreó en algunos medios de comunicación estadounidenses.
Esta visita tan esperada se verá precedida por la del secretario de Estado, Colin Powell, a París, y después de la del secretario del Tesoro norteamericano, John Snow, quien sobrevoló, junto con su colega francés, las playas de Normandía en las que se produjo el desembarco aliado de 1944, como epílogo de la reunión de los ministros de Economía del G-8, celebrada en Deauville durante el pasado fin de semana. Ambos visitaron las tumbas de los norteamericanos muertos en la lucha contra los nazis en Omaha Beach (Normandía), utilizadas en su momento por cierta prensa norteamericana para afear a Francia su falta de reciprocidad ante la guerra preventiva contra Irak, decidida por Washington.
La multiplicación de gestos hacia Estados Unidos no es óbice para que Chirac haya organizado una cumbre del G-8 bastante original. Por primera vez, los países más ricos se reunirán informalmente con un nutrido grupo de líderes de las llamadas "economías emergentes". Están invitados los presidentes de Brasil y México, Luiz Inázio Lula da Silva y Vicente Fox, así como el presidente chino, Hu Jintao, y el argelino, Abdelaziz Buteflika. También, el rey de Marruecos y el príncipe heredero de Arabia Saudí, junto a varios dirigentes africanos y al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. Chirac se las ha arreglado para reunir en torno de sí una pequeña ONU informal.
De los países europeos, sólo estarán presentes los jefes de Gobierno de los miembros del G-8 (Reino Unido, Alemania e Italia, además de Francia), entre los cuales no figura el español José María Aznar. Sólo ha sido invitado Grecia, como país que ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea, y el presidente de la Comisión, Romano Prodi. Los organizadores franceses de la cumbre consideran que con ambas presencias, el conjunto de Europa ya está suficientemente representado.
Chirac ha invitado a también Suiza, que no es miembro del G-8 ni de la UE, pero que tendrá un papel importante en la organización y medidas de seguridad del evento, dada la proximidad de Evian a la frontera suiza.
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