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La frontera ceutí reduce en un 60% su actividad tras los atentados de Casablanca

La frontera de Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, ha registrado este fin de semana descenso en el trasiego de personas y mercancías superior al 60%, a pesar de que no se ha producido un cierre oficial de la verja, según explicó ayer el delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro. Por este paso, único autorizado entre los dos países, han transitado entre el sábado y el domingo sólo 7.860 personas, cuando suele ser atravesada por más de 15.000 personas durante el fin de semana y 30.000 marroquíes a diario. Moro apuntó que este punto y el puerto están volviendo "progresivamente a la normalidad" tras la alerta desatada en la madrugada del sábado por los cinco atentados suicidas de Casablanca, y casi se descarta un cierre fronterizo como el de Melilla.

"Trabajamos de acuerdo con las fuerzas de seguridad marroquíes", explicó el delegado, que pidió "tranquilidad y comprensión" a la población, que está sufriendo férreos controles en la frontera y en los accesos al puerto, donde los pasajeros y vehículos que embarcan hacia Algeciras son sometidos a inspecciones de los motores y lentas revisiones de documentación. La Delegación del Gobierno ha reconocido que la situación en la frontera afectará a la actividad comercial en los polígonos industriales del Tarajal, donde el 90% de las ventas se destina a Marruecos y que han visto cómo su actividad económica se ha reducido a cero desde el sábado. Moro expresó su confianza en que todo vuelva a la normalidad "en pocos días".

Ceuta cuenta con otro paso fronterizo, el de Benzú, pero el tránsito está limitado a los vecinos de la barriada del mismo nombre y a los habitantes de la población marroquí de Beliones por razones sociales, familiares y de vecindad. Desde el sábado por este punto sólo se está autorizando la entrada en Ceuta de vecinos de Beliones con permiso de trabajo fronterizo y a los 30 niños de esta población que están escolarizados en el colegio Pablo Ruiz Picasso de Ceuta.

Sigue el cierre en Melilla

En Melilla, continúan cerrados los puestos fronterizos de Farhana, Barrio Chino y Mariguari. La policía marroquí no deja transitar ni a pie ni con vehículos. Sólo está abierto el paso fronterizo de Beni Anzar, aunque con intensos controles de documentación y registros de automóviles. El paso se permite sólo a ciudadanos españoles residentes en Melilla y a marroquíes con permiso de trabajo. El Delegado del Gobierno, Arturo Esteban, confirmó la colaboración entre la policía marroquí y especialistas en explosivos de la española.

Ayer se reunieron los miembros de la asociación de mayoristas con la autoridad gubernativa para fijar un plan por si el bloqueo fronterizo provoca el desabastecimiento de las frutas, pescados y verduras que habitualmente llegan desde Marruecos. Los mayoristas gestionan ya con empresarios peninsulares el posible envío de alimentos para que lleguen con rapidez en caso de desabastecimiento.

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