La OCDE cree insuficientes las reformas en las pensiones emprendidas por Francia y otros países

Los expertos de la OCDE creen que las reformas de las pensiones proyectadas en Francia, Alemania o Italia "van en la buena dirección", pero son todavía insuficientes para asegurar su financiación en el horizonte de 2020. Ellos creen ineludible alargar el periodo de cotizaciones y reformas estructurales en el mercado laboral y en la formación.

La directora francesa adjunta de Empleo, Martine Durand, dijo que esos países "van a tener que continuar aportando cambios" para garantizar el equilibrio financiero en las próximas décadas. Respecto a España, el jefe de la división de política de empleo, Raymond Torres, destacó que "se ha dado un primer paso positivo con la pensión flexible", al igual que con la búsqueda de incentivos para los complementos privados. Pero indicó que "el sistema no se ha reformado totalmente", en particular si los trabajadores de más edad siguen saliendo del mercado laboral con bajas por invalidez.

Pese a esas afirmaciones de la OCDE, crecen las protestas contra las reformas sociales emprendidas por el Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin. Unas 350.000 personas, según la policía, participaron ayer en toda Francia en manifestaciones. Los profesores de instituto lideraron la protesta en París -80.000 manifestantes, según los sindicatos-, secundados por trabajadores de los hospitales, correos, el Banco de Francia o los transportes públicos. En Marsella la comitiva reunió más de 100.000 asalariados.

Entre las consecuencias de la huelga del sector de la enseñanza figura el que ayer hubiera que suspender exámenes en Perpignan y Toulouse y que otros corran el peligro de seguir el mismo camino hoy. El ministro de Educación, Luc Ferry, criticó el paro "porque toma a los estudiantes como rehenes, y eso es inaceptable", pero admitió que "entre los profesores existe un auténtico malestar". La mayoría de centrales sindicales tampoco aprobó la suspensión de los exámenes y se ha comprometido a una campaña de información para asegurarse que su movimiento reivindicativo no pierde popularidad.

Si en el sector de la enseñanza la huelga fue seguida por un 75% de personal, en el conjunto de los funcionarios el eco también fue importante: un 34%. Los dos principales motivos de protesta son el proyecto de reforma de los planes de jubilación y, en el caso de los enseñantes, un proceso de descentralización que se teme abra la puerta a la privatización.

El sector público francés goza en la actualidad de un derecho a la jubilación distinto del sector privado y el Gobierno Raffarin quiere equipararlos y fijar los 40 años de actividad como el mínimo para gozar de la pensión más alta posible, en vez de los 37,5 años que ahora bastan a los funcionarios. Si la mayoría de sindicatos acepta el subir a 40 anualidades cotizadas, no aceptan, en cambio, los porcentajes de descuento -un 6% por cada año de adelanto del retiro- que propone el Gobierno, máxime cuando la jubilación anticipada es un recurso de los numerosísimos planes sociales y las mujeres, debido a la maternidad, muy raramente pueden alcanzar esos 40 años de labor, por otra parte también casi imposibles debido a la prolongación del periodo de formación.

El próximo domingo, día 25, está prevista una gran manifestación de protesta en París. El ministro Ferry figura como catalizador de todas las iras.