Clamor por el derecho a voto de los inmigrantes en la Festa de la Diversitat de Barcelona
Más de 35.000 personas participan en el encuentro multiculural y multiétnico
La Festa de la Diversitat cerró sus puertas con más de 35.000 participantes. Desde el viernes y hasta ayer, un año más la música y la comida han unido a personas de todas partes que viven en la misma ciudad o municipio pero que, a veces, son invisibles unas para otras. Un tema planeó sobre la undécima edición de este encuentro en el Moll de la Fusta: las elecciones municipales. Ayer todos los partidos, excepto el PP, que no acudió a un debate en la fiesta pese a haber sido invitado, reconocieron el derecho a votar de los inmigrantes.
El próximo día 25 más de 400.000 personas que viven y trabajan en Cataluña no votarán. Este año, una vez más, la Festa de la Diversitat se celebraba contra el racismo y por el encuentro de personas de diferentes culturas. Pero la pequeña revolución que supone la incorporación de los inmigrantes a la sociedad catalana ha planteado la necesidad de que ejerzan el derecho político por excelencia: votar. La Festa de la Diversitat, que ha recuperado su tradicional espacio en el Moll de la Fusta tras su paso por Montjuïc, ha concentrado sus esfuerzos en reclamar este derecho.
Ayer, en el último día de fiesta, miembros de todas las formaciones políticas -excepto el PP, que aunque había confirmado su asistencia no se presentó- se mostraron unánimemente de acuerdo sobre el derecho político de los inmigrantes, aunque con matices sobre su puesta en práctica. "Hace unos años ya se cambió la Constitución para que los comunitarios pudieran votar y no hubo ningún debate por ello, por lo que no veo razón por la que no se vuelva a hacer lo mismo para que los extracomunitarios también puedan votar", explicó ayer Carme Cabellos, portavoz de SOS Racisme. "A la hora de votar no hay que basarse en nacionalidades, sino en la convivencia y la residencia", prosiguió Cabellos, que recordó que en otros países, como Holanda e Irlanda, los inmigrantes votan sin tener el pasaporte del país de acogida.
Ayer este bazar de música, comida y encuentros presentaba su aspecto habitual: familias paseando entre el ritmo de las congas brasileñas, el olor a menta de litros de té marroquí, decenas de lenguas habladas a la vez y niños con ganas de correr. Con 35.000 participantes, la fiesta de este año tuvo su punto álgido en el concierto del sábado por la noche, cuando el grupo barcelonés Ojos de Brujo -con miembros cubanos, colombianos, de Córdoba, Valencia y el barrio de La Trinitat- arrasaron con su hip hop flamenco. Las 200 casetas de las más diversas asociaciones y ONG, como Nubios de Cataluña, Médicos sin Fronteras y Mujeres Filipinas, acogían a los visitantes en busca de información, un tentempié, un trago o unas palabras con otro acento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.