Viaje a la Edad Media
El Castillo de Santa Catalina de Jaén recupera la cetrería entre las actividades del centro de interpretación turística
Trasladar a los visitantes del Castillo de Santa Catalina de Jaén a los tiempos de Miguel Lucas de Iranzo, alcaide de la capital jiennense a mediados del siglo XV, es uno de los objetivos que persigue la nueva iniciativa del centro de interpretación turística del castillo con una actividad que rememora todos los fines de semana el arte medieval de la cetrería. Esta técnica cinegética, que consiste en la caza con aves rapaces adiestradas, fue utilizada por los caballeros medievales "como medio para desfogar su belicosidad en tiempo de paz y ocupar así su tiempo libre", señala José Manuel Fradejas, profesor de la Universidad de Valladolid e historiador de la cetrería.
Para el profesor, la historia de la cetrería forma parte de la historia de la domesticación de los animales y se debió originar en las planicies de la Turquía asiática a partir del siglo XIII antes de Jesucristo. Pero si la cetrería tuvo una época dorada, ésta fue la Edad Media. Es por eso que el patronato de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Jaén ha creado este espectáculo que también quiere rendir homenaje a uno de los personajes medievales más importantes de la historia de Jaén, el Condestable de Iranzo, que fue nombrado Halconero Mayor del Reino de Enrique IV de Castilla, "un título que otorgaba un extraordinario honor y valor político", subrayó el historiador. Fradejas explicó cómo la cetrería se convirtió en una actividad muy extendida en la Alta Edad Media y el Renacimiento, no sólo en Europa sino también en el norte de África y Oriente.
Fue a partir del siglo XVII cuando el arte de la cetrería empezó a caer en el olvido, en gran medida, debido a la popularización de las armas de fuego entre los aficionados a la caza. Sin embargo, destacó Fradejas, si hoy en día la cetrería en España goza de una excelente salud, "se debe a las inolvidables secuencias televisivas que dejó Félix Rodríguez de la Fuente, y a su magnífico manual El arte de la cetrería", con el que se han formado la gran mayoría de los cetreros actuales.
Fradejas defendió la cetrería como "una actividad de amor hacia la naturaleza y los animales", al tiempo que criticó "el ecologismo mal entendido", que achaca a ésta la pérdida de la población de rapaces, "cuando ha sido el propio hombre, transformando el hábitat y contaminando los campos con pesticidas, el único responsable". Además, aprovechó la ocasión para recordar que el arte de la cetrería también se viene utilizando para limpiar el cielo de aves, que pueden resultar dañinas o peligrosas, en las inmediaciones de los aeropuertos o en el cielo de algunas ciudades.
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