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Reportaje:REPORTAJE

Sépalo al mismo tiempo que Rajoy

A la misma hora que Mariano Rajoy tenga los resultados de las elecciones usted podrá verlos desde su casa. Los mismos datos, a la misma hora. Internet y una compleja red de ordenadores montada para ello lo permitirán. Una hora y media después del cierre de los colegios electorales ya se sabrá quienes repiten, quienes suspenden y quienes se estrenan como alcaldes. Para saber los nombres de los presidentes de las autonomías, sin embargo, habrá que esperar algo más porque, por ley, son las últimas urnas que se abren. Seiscientas mil personas están involucradas en el proceso de elegir alcaldes y concejales, diputados autonómicos, miembros de los cabildos, de las juntas y de los diversos concejos cuyo futuro se decide dentro de una semana. Entre ellos, 400 técnicos hacen posible que esa noche podamos dormir tranquilos; más o menos contentos, pero tranquilos sabiendo el resultado sin trasnochar.

Los dos problemas principales, que el sistema se quede colgado y que entren piratas, han sido resueltos. "Tenemos cortafuegos muy potentes", dice un técnico

Precisión

La democracia es, también, el triunfo de la precisión. Un censo total de 34.547.370 electores, de los que 143.406 son extranjeros residentes en España, llenarán las 192.979 urnas que se abrirán el próximo domingo a las ocho de la tarde, excepto en las Canarias, que lo harán una hora después. En ellas estará el destino de los 65.522 concejales, entre los que están los 8.108 alcaldes, además de los 784 diputados de los parlamentos de las 14 autonomías en las que hay elecciones (todas, menos Andalucía, Cataluña, Galicia y el País Vasco); de los 1.034 miembros de las diputaciones provinciales; los 139 de los cabildos insulares; los 153 junteros, procuradores y apoderados; los 1.070 electos de los concejos de Navarra, y los 13 consejeros del valle de Arán. Para contarlos con precisión habrá 474.000 personas en las mesas electorales, a las que hay que sumar unos 59.000 funcionarios de diversas administraciones, personal de Telefónica, cuerpos de seguridad, etcétera. Y, por último, 400 técnicos de Indra, la empresa encargada para que los datos que salgan de los colegios electorales lleguen hasta su ordenador o su teléfono móvil.

Indra es una empresa española de tecnologías de la información, una de las 35 que cotiza en el índice selectivo de la Bolsa, el Ibex. Además de otros trabajos relacionados con defensa, control aéreo y otros campos muy tecnológicos, está especializada en gestión informática de datos electorales. Ha estado presente en 128 elecciones, la casi todas en España; pero también en Argentina, donde hoy domingo iba a ofrecer los datos de la elección presidencial de haberse celebrado, y en Nicaragua, Venezuela, Brasil, Marruecos, Colombia, Perú y en Gran Bretaña hace dos semanas, donde se han convertido en la primera empresa extranjera que trabaja en los entresijos del proceso electoral.

Máquinas y técnicos imbricados en un proceso contra reloj que cuesta ocho millones de euros. Sólo la perfecta conjunción de unas y otros hace posible acortar la incertidumbre. Una vez que se cierra la mesa, el presidente inicia el recuento y, cuando ha terminado y se han firmado las actas, llama por teléfono al Centro de Recepción de Información (el CRI provincial), donde, en los 52 CRI instalados por Indra, 2.616 telefonistas recogen los datos y 570 personas los vuelcan a un ordenador que los envía al centro de cálculo, en Madrid, donde se produce el procesamiento necesario para que sean inteligibles. Desde allí se hace, finalmente, la dispersión libre de la información. Todo ello en tiempo real, voto a voto en las mesas, mesa a mesa en los CRI, municipio a municipio en el centro de cálculo.

Ignacio Royo-Villanueva, técnico de procesos electorales de Indra, se estrenó en diciembre de 1978, en el referéndum de la Constitución. "Desde hace algunos años los datos se sirven en tiempo real a todo el mundo. Aquí, en el Palacio de Exposiciones y Congresos, en Madrid, donde está el centro de información, ponemos a disposición de los medios de comunicación una serie de ordenadores con la información según nos llega. También reciben esa información en nuestra Intranet en el Ministerio del Interior, que es de quien depende la organización de la noche electoral; en Moncloa, en las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, en los servicios correspondientes de las comunidades autónomas, en las sedes de los partidos políticos y en una sala para personalidades como miembros de la Junta Electoral".

En tiempo real

Ese es el primer anillo, al que se unen también 180 ordenadores repartidos en medios de comunicación y dependencias oficiales. "Luego", dice Royo-Villanueva, "ponemos esos datos, al mismo tiempo, en un servidor de Internet, de manera que cualquier persona desde cualquier lugar del mundo tiene acceso a ellos, también en tiempo real". Los dos problemas principales, que el sistema se quede colgado y que entren piratas, han sido resueltos con tecnología. "Tenemos", continúa el técnico, "cortafuegos muy potentes. Aunque siempre se producen centenares de intentos de entrar en el sistema, nunca nadie se ha colado. Y es que, además de los sistemas de seguridad, el factor tiempo juega a nuestro favor. En seis horas es prácticamente imposible que nadie pueda entrar en nuestro sistema. Cuando se entra en la Casa Blanca o en la NASA es porque son sitios abiertos todo el tiempo, así que el pirata tienen tiempo de descifrar algoritmos; aquí, en seis horas, es imposible".

El auge de Internet hace que también haya que tener en cuenta a los millones de internautas de todo el mundo que se conectarán para saber los resultados. Jorge Huete, director adjunto de procesos electorales de Indra, asegura que "hemos previsto suficiente capacidad como para que todo el que se conecte por Internet pueda acceder al mismo dato sin problemas. El colapso es prácticamente imposible". En las últimas elecciones (2000) se conectaron 980.000 personas para una población de cuatro millones de internautas, número que, según el EGM, ha crecido hasta ocho. Los datos estarán en: www.elecciones2003.mir.es.

Para garantizar que no haya problemas, el suministro eléctrico llega desde una toma directa de la compañía, "y todo el tendido interior, hasta cada ordenador, es nuevo e independiente", dice Huete. "Si se fuera la luz, tenemos grupos electrógenos que entran en funcionamiento inmediatamente, y si fallan, los ordenadores principales tienen baterías propias para funcionar. Todo está duplicado, incluso las líneas telefónicas, para garantizar que el trabajo no se detiene".

El corazón informático de este proceso son dos grandes ordenadores, un Hp que recibe los datos y hace los cálculos, y un Sun que se encarga de sacarlos fuera y ponerlos a disposición de los interesados. En torno a ellos hay unos 350 terminales convencionales que forman el primer anillo y, además, la salida al servidor de Internet. "No es fácil saber la demanda que podemos tener en un momento concreto", dice Huete, "pero pensamos que puede llegar al máximo de un servidor potente en hora punta, como Terra, por ejemplo. Seremos capaces de atender esa demanda que, además, está centrada en muy pocos datos pedidos al mismo tiempo".

Obtener datos

Para tener los datos de las municipales en su móvil (sólo de ciudades de más de 100.000 habitantes) envíe un mensaje con el siguiente texto. EMU (espacio) y nombre del municipio, a los siguientes números: Movistar: 404, Amena: 2424 y Vodafone: 141

La urna electrónica

EN LAS ELECCIONES celebradas en Gran Bretaña el pasado 1 de mayo se han utilizado urnas electrónicas desarrolladas por Indra. "Nos presentamos a un concurso internacional", dice Jorge Huete, y hemos colocado urnas electrónicas en dos condados. Allí se han usado dos tipos de tecnología para el voto, ambas desarrolladas por nuestra empresa. Por una parte, el voto en una pantalla táctil, y, por otra, papeletas dotadas de un sistema que permite el recuento según se introducen en la urna. Así, en cuanto se cierran los colegios electorales se pulsa un botón y el recuento es automático e instantáneo".

Este mismo sistema se utiliza en Venezuela desde 1998. En España sería posible llevarlo a cabo sin reformar la ley electoral, que exige que la papeleta esté metida dentro de un sobre. "Lo que tardará más", dice Huete, "es el voto por Internet. Aunque nosotros tenemos ya desarrollada una tecnología que garantiza tanto el secreto del voto como la seguridad general del sistema, todavía es demasiado novedosa y habría que cambiar la ley electoral. Pero llegará, sin duda, llegará antes de lo que pensamos".

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