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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Dante Quinterno, el más popular dibujante de comics argentino

Los argentinos se enteraron el jueves de algo que sólo sabían muy pocos y otros habían olvidado hace mucho tiempo: que hasta la madrugada del miércoles aún vivía, y tenía 93 años, el dibujante Dante Quinterno, creador del cacique Patoruzú y de todos los personajes de la saga más entrañable y popular del comic en Suramérica. Quinterno se había convertido en un mito. No había fotografías suyas recientes, tomadas en los últimos 15 años. Algunos reporteros pacientes y obsesivos lograron hacer retratos de sombras, de perfiles, sin su autorización y nunca de frente, cuando salía de su casa o de la oficina de la Editorial Universal en la avenida Santa Fe, a la que concurría a diario como toda la vida.

No ocultaba nada, sólo era tímido y retraído. Consecuencia quizá de la tartamudez que sufrió hasta la adolescencia, la misma que tal vez le hizo reservado, callado, silencioso, y le llevó a dibujarlo todo. La última entrevista, y una de las pocas que concedió en su vida, es de 1931. En 1932, a pedido de una revista, escribió este breve autorretrato: "Aprendí tarde a leer (a escribir no aprenderé nunca). No tengo virtudes. ¿Acaso existen hoy en alguien? Si me preguntan por mis defectos: tengo pies planos, uso bigotitos y fui tartamudo hasta promediar la adolescencia. Mi aspiración es llegar a ser un buen dibujante".

Y vaya si lo fue durante 75 años. Las andanzas del invencible indio Patoruzú y el caballo Pampero, de sus hermanos -Upa, un bebé gigante y la enamoradiza Patora; su padrino porteño, Isidoro Cañones, sobrino del coronel Cañones; la "Chacha" que amamantó al cacique; Ñancul, el capataz de la estancia en la Patagonia donde se crió Patoruzú; su hijo Chupamiel, y los secundarios, atrajeron a miles de lectores de todas las edades cada semana desde 1936 hasta 1977. Sólo la televisión pudo con ellas. El éxito de los personajes le llevó a producir en 1942 el primer dibujo animado del cine argentino, Upa en apuros. Sus hijos trabajan ahora en una película basada en los mismos personajes.

Su temprana retirada de la vida pública abrió paso a la leyenda. Se dijo que Walt Disney intentó contratarle y que le ofrecieron fortunas que siempre rechazó. Los críticos y analistas del cómic opinaron años más tarde que René Goscinny se inspiró en Upa para los dibujos de Astérix y Obélix.

Dante Quinterno había nacido en Buenos Aires el 26 de octubre de 1909 y sólo puede citarse el reportaje de 1931 a la revista Mundo Argentino. Entonces contaba: "Primero ensuciaba con grafito cuanta superficie pulida se presentara a mi vista. Después, en los recreos de la escuela primaria, garabateaba retratos de próceres argentinos en los pizarrones". A los 15 años comenzó a publicar sus dibujos en los periódicos El Mundo, Crítica y La Razón. En 1928 incluyó al indio Curugua Curiguagüigua en su tira Las aventuras de don Gil Contento.

Otra leyenda dice que el jefe de redacción de Crítica le convenció de cambiarle el nombre. En esa época se vendían muy bien las pastillas Oruzu y de allí surgió el nombre de Patoruzú.

A finales de ese mismo año, Quinterno crea a un bon vivant porteño, Julián de Montepío, antecedente directo de Isidoro Cañones. Siete años más tarde, en 1935, ambos personajes se unen en la tira que llevaba ya el nombre del indio ascendido a cacique. Patoruzú era el noble, el bueno, el fuerte, el hombre libre, salvaje y puro que llegaba desde el campo - y llega todavía- siempre a tiempo para rescatar a su padrino, Isidoro, el presuntuoso habitante de Buenos Aires que no puede con el miedo cuando tiene que hacerse cargo de sus propias faltas.

Dante Quinterno llegó a ser el buen dibujante que soñaba y más, mucho más. Es posible que en los últimos días todo lo que deseaba era morirse así, sin molestar a nadie. Como diría su inmortal personaje Patoruzú: ¡"Ahijuna, chei, ¿y ahora qué hacemos?".-

Dante Quinterno, casi un siglo dibujando comics.
Dante Quinterno, casi un siglo dibujando comics.

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