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Kirchner afirma que no acabará como De la Rúa

"No entro en la Casa Rosada para irme en helicóptero", dijo ayer el presidente electo de Argentina, el peronista Néstor Kirchner, en alusión a la huida precipitada de palacio cuando el ex presidente Fernando de la Rúa, de la Unión Cívica Radical, dimitió el 20 de diciembre de 2001. Con estas palabras, el nuevo mandatario respondía a quienes vaticinan una presidencia débil tras la retirada de Carlos Menem de la carrera electoral. Kirchner sólo consiguió el 22% de los votos en la primera vuelta de los comicios el pasado 27 de abril.

El nuevo presidente argentino acudió acompañado de su esposa, la senadora Cristina Fernández, a un popular programa de la televisión argentina en el que mantuvo un tono relajado y moderado, muy lejos de la agresividad exhibida en el mensaje del día anterior. Insistió en quitar importancia a la figura de presidente -prefiere el término de administrador temporal- y aseguró que su Gobierno se esforzará por reconciliar las instituciones con la gente. Aludió a la Corte Suprema de Justicia, uno de los órganos más desprestigiados, y advirtió con firmeza: "Se terminaron los acuerdos corporativos entre el poder político y judicial".

El presidente electo señaló como sus prioridades principales la reforma tributaria, la normalización del sistema financiero, que permita el regreso del crédito -prácticamente inexistente desde la devaluación-, y el buen funcionamiento de las empresas de servicios públicos. En este punto, que mantiene en alerta a las empresas españolas con fuertes inversiones en Argentina, garantizó "mucho criterio". "Tenemos que ver la rentabilidad que tuvieron a valor dólar estas empresas en la década de los noventa, cuánto perdieron con la devaluación y si cumplen con los pliegos que firmaron".

Desafiante con los bancos

Kirchner aludió directamente a Telefónica, que comparte con la franco-italiana Telecom la mayor cuota del mercado de las telecomunicaciones del país. Reconoció que la empresa española lo pasó mal en la primera fase de la devaluación, aunque ahora la situación ha mejorado con una disminución del porcentaje de morosidad.

Kirchner mostró su faceta más desafiante al referirse a ciertos banqueros. "Conozco al grupito de banqueros que han operado negativamente en las provincias", a quienes advirtió que no tendrán problemas "si se ponen a trabajar por el país".

En los próximos días, Kirchner definirá la composición de su Gobierno, en el que se perfila como eje principal al actual ministro de Economía, Roberto Lavagna, que no sólo mantendrá la cartera sino que probablemente también se ocupará del área de producción. Kirchner será el primer presidente de Argentina nacido en la Patagonia, una tierra lejana y con condiciones climatológicas duras. El todavía gobernador de la provincia de Santa Cruz (200.000 habitantes) lo recordó ayer cuando se refirió a la sensación de olvido y al espíritu de lucha de los patagónicos para combatir "el viento, el frío el aislamiento".

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