Fraga, contra "el sindicato de cabreados"
Decenas de listas independientes, en su mayoría afines al PP, florecen en Galicia y aspiran a alcaldías importantes
Partidos de bolsillo que se denominan autonómicos o reformistas. Iniciativas ciudadanas, progresistas y democráticas. Uniones de vecinos y fraternidades de amigos. La política de Liliput triunfa en la Galicia sacudida aún por la crisis social que desató el Prestige.
Las listas independientes han florecido con más vigor que nunca -se presentan en un centenar de municipios, el 30% del total de la comunidad- para amenazar las posiciones de los grandes partidos, especialmente del PP, en cuyos alrededores ideológicos se sitúa la mayoría.
Con ellas se ha disparado la oferta electoral: hay localidades de menos de 10.000 habitantes en las que concurren hasta ocho candidaturas. En ciudades como Ferrol los independientes aspiran incluso a la alcaldía. Es la opción del "sindicato de cabreados", como los llama el presidente de la Xunta, Manuel Fraga.
"Son gente desconfiada, que no tiene nada que ver con el PP", advierte Fraga a los electores. Pero una parte importante proviene de las filas populares. "Se han ido por problemas personales o por algún interés político o económico", explica Jesús Palmou, secretario regional del PP. "Hace cuatro años ya pasó algo semejante y no tiene nada que ver con una crisis del partido, porque se trata siempre de disputas locales".
"El 90% de las listas de independientes procede del PP y en algunos casos hasta siguen militando en el partido", afirma el secretario de organización del PSOE gallego, Antón Louro, quien concluye a partir de ese dato: "El PP gallego está en descomposición". El sinfín de nuevas siglas se concentra en A Coruña y Pontevedra, las dos provincias atlánticas. La fiebre también se ha dejado sentir en la Costa da Morte, la zona más afectada por la marea negra. "Como ven que el PP se desgasta, todos corren para ocupar su espacio", interpreta Rafael Mouzo, alcalde de Corcubión, del BNG. Pero, aun en mucho menor medida que el PP, el PSOE no ha sido inmune al fenómeno. En Vigo, Ferrol y Ourense también han crecido sindicatos de cabreados alrededor del PSOE. "Gente que llevaba años y se resistía a ser renovada", según la versión de la cúpula socialista.
Provengan de donde provengan, los que van por libre intentan pescar en todos los caladeros. Es el caso de Independientes por Ferrol, una lista que encabeza un antiguo consejero de Fraga, Juan Fernández. "Yo me siento orgulloso por igual de que en esta ciudad hayan nacido Pablo Iglesias y Francisco Franco", sentencia el portavoz de la candidatura, Manuel Bustabad, también ex militante del PP, para subrayar su flexibilidad ideológica. Fernández fue un gestor deportivo de éxito y sigue cultivando la amistad de Fraga, quien hace tiempo se negó a destituirle de su Gobierno tras la revelación periodística de que llevaba cinco años sin declarar a Hacienda. Alguna encuesta, que sus rivales no se creen, le da favorito para el 25-M. "Los gobiernos de PSOE y PP han tratado muy mal a Ferrol. La gente está desencantada y sabe que nuestro único interés es la ciudad. Se nota en la calle que vamos a ganar", asevera Bustabad antes de admitir: "Si los partidos eligiesen candidatos presentables, no tendríamos nada que hacer".
En Vigo también compite una candidatura independiente encabezada por una ex concejal del PP, pero el outsider con más posibilidades es Manoel Soto, un antiguo alcalde socialista. Soto tiene su propio partido, Progresistas Vigueses, y se define como "galleguista y socialdemócrata". Aunque lleva en su candidatura al que fue vicepatrón de la cofradía de Pescadores, Julio Alonso, uno de los líderes de la lucha contra el chapapote, asegura que no es el Prestige lo que alimenta sus aspiraciones, sino un programa que "algunos han dicho que parece de Julio Verne" y en el que promete desde metro hasta una nueva playa. Sabe que no ganará pero, en un alarde de memoria y ambición, recuerda: "Rodríguez Sahagún fue alcalde de Madrid con sólo dos concejales". Soto admite que se le haría difícil pactar con su antiguo partido, que lo tilda de "peronista". El PP, por el contrario, le dispensa tratamiento especial: la candidata popular a la alcaldía, Corina Porro, se negó a participar en un debate de la cadena local de la SER porque no se había invitado a Soto. "A la hora de pactar, no prima lo ideológico", avisa el ex alcalde.
¿A quién benefician los cabreados? El PSOE y el BNG están convencidos de que, a pesar de las apariencias, juegan a favor del PP. Según su análisis, los independientes dan cobijo a desencantados en trance de abstenerse y con esos votos tratarán de volver al redil. El PP dice que le perjudican y asegura que no pactará con quienes le han dejado en la estacada en un momento crítico. "Es una cuestión ética", proclama el secretario regional.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.