El pueblo que vivió en una burbuja

El pueblo modélico, envidiado incluso fuera del País Vasco hasta fecha muy reciente, ha resultado ser un enorme fracaso de fatales consecuencias. El Ayuntamiento de Urnieta se embarcó en una ambiciosa aventura bajo la apariencia de modernizar el municipio, pero todo se vino abajo en cuanto los partidos de la oposición -básicamente el PSE-EE- destaparon una oscura trama de intereses que alcanzó de lleno al PNV, el partido que ha gobernado la localidad con mayoría absoluta los últimos 20 años.

Con el señuelo de convertir Urnieta en un ejemplo de prosperidad repentina e instituir algo así como un paraíso de las telecomunicaciones, el Ayuntamiento, presidido entonces por el peneuvista José Ignacio Lizeaga, creó en 1998 su propia telefónica local (Urnietatel) y comenzó a ofrecer llamadas gratis, televisión por cable y conexión a Internet a precios de ganga. Cuando Urnietatel recibió la licencia para extender su servicio a los municipios del entorno, el Ayuntamiento sacó a la venta el 70% de las acciones de la operadora por 8,1 millones de euros. Fue una operación ejecutada por Maixa Lizeaga, quien asumió la alcaldía cuando su hermano fue premiado por su partido con un escaño en el Senado.

PNV-EA exculpa a sus candidatos en Urnieta porque "no conocían" las irregularidades

La falta de un comprador solvente y las fuertes cargas económicas de Urnietatel dejaron el consistorio al borde de la bancarrota y forzaron las dimisiones del senador José Ignacio Lizeaga, de la regidora y de su principal colaborador, Juan Luis San Miguel, primer teniente de alcalde. Al fondo se escondían un cúmulo de "chapuzas administrativas, ilegalidades urbanísticas y mucho dinero malgastado", según Maite Pagazaurtundua, edil socialista y cabeza de lista en estas elecciones.

La caída de los dos alcaldes peneuvistas por el fiasco de la privatización de Urnietatel y las irregularidades urbanísticas auparon al puesto de primer edil a Florentino Ugalde, anterior delegado municipal de Urbanismo, quien admitió que en Urnieta se había creado "una burbuja" y que intervinieron "intereses no municipales" en la gestión de sus dos antecesores. Ugalde contrató una auditoría que localizó múltiples ilegalidades en contratos de obras, compras y contratación que ahora el PSE-EE va a denunciar ante el fiscal Anticorrupción. "Las auditorías evidencian fallos en el funcionamiento y carencias técnicas que de ningún modo queremos soslayar", ha dicho Ugalde, a la espera del resultado de otra auditoría que realiza el Tribunal Vasco de Cuentas.

La batalla electoral en Urnieta -el Tribunal Constitucional ha impugnado la lista de la agrupación heredera de Batasuna- se presenta como un mano a mano entre el PNV-EA y los socialistas. Pagazaurtundua considera que Urnieta no se merece "la mala gestión, el derroche y los agujeros financieros, la irregularidad en la contratación, la información privilegiada, los amiguetes que construyen y dan pelotazos" que el PNV ha alimentado en este municipio.

Los nacionalistas asumen que las urnas pasarán "alguna factura", aunque un dirigente de EA asegura que el PNV "ha hecho un esfuerzo por limpiar" la lista, en la que figuran miembros de la última corporación, que han quedado exculpados ahora de cualquier responsabilidad porque "es gente honrada que no se enteraba de lo que pasaba".

El principal proyecto del próximo mandato será la construcción de 100 viviendas de protección oficial y otras 200 de precio tasado en los terrenos de Vegasa. El Ayuntamiento venderá los pisos a precios que oscilarán entre los 156.000 y los 216.000 euros. Por lo demás, Urnieta ha logrado armonizar un núcleo urbano y un envidiable entorno rural que hace muy atractiva su residencia. Frente a la caída general de población en Guipúzcoa, esta localidad ha incrementado su censo en un 24,4% desde 1986, sólo superada por Zarautz. Uno de sus últimos inquilinos es el entrenador de la Real Sociedad, el francés Raynald Denoueix.