El Madrid ideal
A mediados de la Semana Santa, tuve que hacer un recorrido por Madrid y quedé admirado, pues estaba casi vacío, se parecía a lo que se llama una ciudad fantasma y además estaba limpísimo; lo que se dice una gozada, un agrado para la vista.
Yo pensaba: ¿será posible que cuando vengan los que están de vacaciones, se vuelva a saturar, incluso a atascar Madrid? Y esto me recuerda cuando se podía beber agua en cualquier arroyo e incluso en los charcos; pero a medida que va aumentando la población e incluso la industria y la ganadería, todo se contamina y hasta en algunas fuentes se pone el letrero de no potable. Creo que cuantos más seamos, cuantos más tengamos la posibilidad de vivir en este mundo, mucho mejor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.