Ocho candidatos bajo el sol
Los vecinos de Écija confían en que el elegido entre los aspirantes a alcalde solucione el caos circulatorio del municipio
Los vecinos de Écija asisten confusos al desarrollo de la campaña electoral. Y no es para menos. Basta con recorrer, a pie, por supuesto, porque el tráfico no permite otra cosa, las principales calles comerciales del centro del pueblo para darse cuenta del porqué de este estado generalizado de confusión. A los carteles con los rostros de los cuatro candidatos de los partidos tradicionales -PA, actual equipo gobernante, PSOE, PP, IU- se unen los de los otros tantos aspirantes a la alcaldía astigitana -PSEI, PSA, Los Verdes y UAPI-, partidos surgidos en los últimos años de las peleas internas, principalmente en los grupos de izquierda.
Que un vecino acierte a enumerar con tino el número de candidaturas entre las que podrá escoger el próximo 25 de mayo -la oferta más amplia desde las elecciones de 1979- es casi tan complicado como encontrar a uno que no resalte el caos del tráfico como el principal problema de Écija. "¿Candidatos? Creo que seis, ¿no?", se interroga María del Valle, propietaria de la papelería Bersabé, ubicada en la céntrica e histórica Plaza de España de Écija. "Me da igual; lo que quiero es que el que salga solucione de una vez el problema del tráfico y de los aparcamientos, porque esto es insufrible", se lamenta María del Valle señalando hacia la excavación arqueológica en la que varias personas trabajan con el peso del sol del mediodía sobre sus cabezas. "Es lo único malo que yo le veo al pueblo, porque de limpieza estamos bien y la seguridad también es buena, aunque hay mucho gamberro que campa a sus anchas", apostilla la dueña de la papelería.
"A lo que no hay derecho es que llevemos ya cuatro años y medio en este plan", tercia Antonia Zafra, propietaria de la administración de loterías de la Plaza de España señalando hacia el mismo punto. "Los coches no pueden llegar y si lo hacen no tienen sitio para aparcar. Cada vez tenemos menos clientes y eso que al menos ya han quitado los muros que levantaron cuando se iniciaron las excavaciones". Antonia, empujada por su marido, expresa sus deseos: "Espero que el que salga de los siete (?) candidatos lo solucione de una vez". Más incisivo en su análisis de la situación de Écija se muestra Manuel, que desde hace 36 años ejerce de zapatero en una modesta tienda de la calle Santa Cruz. "Tienen razón mis vecinos, el tráfico está imposible en todo el pueblo [Écija cuenta con un parque móvil que supera los 23.000 vehículos]. Los bordillos amarillos están de adorno y la policía aún más".
Manuel asegura que, en general, las condiciones de vida en Écija son aceptables, incluso para los jóvenes, "aunque por nuestra situación geográfica opten por ir a trabajar a Sevilla o a Málaga".
Por lo único que los astigitanos están dispuestos a soportar el caos circulatorio es por el bien de la historia del pueblo. Parte de estos problemas obedecen a la apuesta municipal por recuperar y adecentar el prodigioso legado arquitectónico de Écija, obras que, hoy por hoy, se encuentran al torcer cualquier esquina de su bello casco histórico.
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