Colegio sin agua
Hace unos días que presencié un hecho insólito en mi larga carrera de docente, pues llevo en la enseñanza más de 37 años. Nunca había asistido al corte del suministro, por falta de pago, de un servicio esencial para el funcionamiento de un centro docente como es el agua corriente. Esto ha ocurrido, además, en un centro público debido a la asfixia permanente a que están sometidos por parte de la Administración autónoma andaluza. Es cierto que el aludido corte sólo duró un día, puesto que la señora directora tuvo a bien abonar la factura con su propio dinero, postura que no me parece en absoluto correcta. Tenía que haber procedido al cierre del centro sin más contemplaciones.
Desde mi punto de vista, un centro de enseñanza con más de un millar de alumnos, desprovisto de agua corriente, representa una situación propia de un país tercermundista. Esto no concuerda con el consabido lema de Andalucía, imparable, ni tampoco con una región que está inmersa en la segunda modernización. Por cierto, ¿alguien quiere aclararme en qué ha consistido la primera?
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