El Gobierno vasco permite que se celebre la manifestación que prohibió

Miles de personas participaron ayer en una manifestación de protesta por la ilegalización de la Udalbitza de Batasuna (su asamblea de cargos electos) que había sido prohibida en dos ocasiones por el Departamento de Interior del Gobierno vasco. A pesar de la prohibición, la multitud recorrió durante más de una hora, sin cortapisas, el centro de Bilbao, y cerró la marcha con un acto político en las escalinatas del Ayuntamiento.

La única presencia policial que se vio en los cuatro kilómetros de recorrido fue la de un helicóptero de la policía vasca que sobrevoló la manifestación y las patrullas de la Policía Municipal que regularon el tráfico. Un portavoz de Interior aseguró que se había informado a los manifestantes del "carácter prohibido de la manifestación" a través de un sistema de megafonía. Desde la cabeza de la marcha, sin embargo, no se pudo percibir aviso alguno por parte de la policía. La manifestación partió pasadas las 17.30 de la plaza Aita Donostia tras una pancarta en la que se leía "Bai Udalbiltzari. Bai Euskal Herriari" (Sí a Udalbiltza. Sí a Euskal Herria), sostenida por alcaldes de la ilegalizada EH, representantes de la plataforma AuB, de Aralar, el sindicato LAB y otros grupos sociales. El sindicato ELA también apoyó la manifestación.

En las primeras filas se situaron también dirigentes de la ilegalizada Batasuna, con su portavoz, Arnaldo Otegi, a la cabeza.

La protesta fue convocada el 30 de abril en respuesta a la decisión del juez Garzón de ilegalizar la Udalbitza de los electos de EH y de detener a ocho de sus miembros por entender que estaban al servicio de ETA. Por dos veces la marcha fue prohibida por Interior anteayer: primero cuando la autorización fue solicitada por tres alcaldes de EH, alegando que tienen suspendido su derecho de manifestación por la Audiencia Nacional, y después cuando lo hicieron otras dos personas, por considerarlo "una actuación fraudulenta" con el mismo fin.

El pasado mes de septiembre, otra manifestación prohibida, convocada para protestar contra ilegalización de Batasuna, fue interrumpida por efectivos de la Ertzaintza en Bilbao. Los antidisturbios no consiguieron dispersar a la multitud y finalmente la policía pactó con los organizadores la disolución de la protesta a cambio de permitir un breve acto político. La dureza con la que cargó la policía contra los manifestantes creó un fuerte malestar en las filas nacionalistas, contrarias a la ilegalización de Batasuna.

Ayer, en cambio, la presencia policial fue inapreciable y la manifestación transcurrió como si fuera legal, un día después de que el Gobierno vasco descalificara la decisión judicial de anular las candidaturas herederas de Batasuna.

El parlamentario del PP Carlos Urquijo criticó al Gobierno vasco por considerar que la celebración de la marcha demuestra que "garantiza la impunidad a ETA, de hecho o de derecho, en la calle o en el Parlamento". "Pretenden dar a Batasuna todo tipo de comodidades hasta el día de las elecciones para ver así cuántos votos heredan". El socialista Rodolfo Ares consideró que Interior había permitido deliberadamente "un desafio" a la legalidad democrática. El departamento informó de que estaba elaborando un informe para "determinar posibles responsabilidades".