_
_
_
_
ELECCIONES 25M | El debate de los aspirantes

Camps apuesta por la continuidad de su proyecto mientras Pla exige un cambio radical de valores

Los candidatos popular y socialista calientan el primer día de campaña en el debate de la SER

Miquel Alberola

Los candidatos a la presidencia de la Generalitat por el PP y el PSPV-PSOE, Francisco Camps y Joan Ignasi Pla, se acusaron ayer mutuamente de representar la opción de la crispación en el único cara a cara que protagonizarán en esta campaña electoral. En el debate, organizado por la cadena SER, los candidatos confrontaron sus compromisos electorales y se enzarzaron a menudo en temas como el Plan Hidrológico Nacional (PHN), el empleo, la educación o la sanidad. Camps apostó por la continuidad del proyecto del PP, mientras que Pla pidió un cambio radical de valores.

Más información
Pla promete regeneración y eficacia frente a un PP que encarna "el poder, el dinero y la imagen"

El cara a cara entre Camps y Pla, celebrado en un hotel de Valencia y moderado por el periodista Bernardo Guzmán, se estructuró en cinco bloques que acabaron por entremezclarse: balance de la última legislatura y repaso de la actualidad, empleo y economía, políticas sociales y grandes proyectos, infraestructuras y medio ambiente, resumen y compromisos electorales.

- LEGISLATURA. Francisco Camps calificó de "excelente gestión" los ochos años de gobierno del PP, lo que según sus cálculos se ha traducido en que la Comunidad Valenciana sea un referente de "crecimiento, prosperidad y desarrollo en España y Europa". El candidato popular recurrió a la estadística para acreditarlo: 500.000 personas más trabajando, 500 actuaciones en colegios e institutos, un centro de salud inaugurado cada més, dos hospitales... Asimismo, presentó como un logro que los valencianos hoy se sientan "muy orgullosos" de serlo y encauzó esos logros hacia la consecución en los próximos años del pleno empleo.

Pla agrió esa visión y calificó el balance de Camps de estar "fuera de la realidad". Lo argumentó en las listas de espera, en los 30.000 niños que continúan en barracones, en los miles de familiares de enfermos de Alzheimer o discapacitados que no saben dónde acudir para ser atendidos. Y extendió el catálogo de puntos flacos: el Prestige, la guerra de Irak, el piso de tres millones de euros de Zaplana, que esconden los valores "extremadamente vinculados con el materialismo, el dinero y el poder". Pla calificó de precario el 88% del empleo, situó los salarios por debajo de otras comunidades y acusó al PP de utilizar los medios públicos para criminalizar al PSPV-PSOE y manipular sobre su posición ante trasvase del Ebro o para maquillar los datos de la delincuencia, por lo que reclamó un cambio de valores para la Generalitat.

Camps se arrogó el espacio de la moderación y el optimismo, situó a Pla en el terreno de la crispación y la tensión y acusó al PSPV-PSOE de no tener más propuesta de gobierno que el ataque y el boicot a las reflexiones sosegadas. Pla arremetió con la misma munición contra el PP, al que calificó de un partido alejado de la ciudadanía, crispador y autoritario. Se definió como una persona que quiere anteponer prioridades que van más allá del poder, la imagen y el poder para atender el día a día los ciudadanos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

- PHN. Camps defendió que el PP sacó adelante la unanimidad del Consejo Nacional del Agua, aprobó en el Congreso de los Diputados y en el Senado el PHN, mientras acusó al PSOE de generar crispación y tensión con manifestaciones desde Aragón y Cataluña, además de trasladar hasta la Unión Europea ese ambiente para que no se financie el proyecto. Pla acusó al PP de manipular la posición del PSPV, que tiene un plan alternativo "que va a garantizar más agua en menos tiempo y con menor coste medioambiental, mientras que el PP lleva 18 meses sin hacer nada". Definió el agua como un tema de Estado, por lo que exigía un pacto de consenso que el PP ha rehuido creando una gran división en España. Además, reprochó al PP haber firmado un convenio en 1997 para la modernización de la Acequia del Júcar que, de materializarse, hubiese supuesto 240 hectómetros cúbicos frente a los 350 que le otorga el PHN a la Comunidad Valenciana. Apeló a la cultura de pacto de los valencianos en asuntos de agua, simbolizado en el Tribunal de las Aguas, a lo que Camps rebatió: "El Tribunal de las Aguas quiere el agua del Ebro". "No prometa agua para dentro de 15 años, haga el trabajo", repuso Pla.

- ECONOMÍA Y EMPLEO. Pla se motró convencido de que la Comunidad Valenciana puede mucho más de lo que el PP ha conseguido de ella. Defendió que los emprendedores, los autónomos y los trabajadores siempre han demostrado una gran capacidad para generar riqueza y atribuyó al PSOE el éxito de haber facilitado los instrumentos y los mecanismos para consolidar una economía al servicio de las personas. Por el contrario catalogó como "años perdidos" los del PP, que apostó por grandes obras y proyectos "que sólo nos han situado en la realidad virtual". Culpó al PP de que la Comunidad Valenciana sea de las que menos invierte en investación y de haberla "endeudado hasta las cejas".

Camps reprendió a Pla por "hablar de una Comunidad que por suerte no existe" y que sólo fue "endeudada, triste y apática" mientras gobernó el PSPV. Esgrimió de nuevo los 500.000 nuevos puestos de trabajo, las bajadas del IRPF, las mejoras de los autónomos en el tratamiento de bajas por enfermedad, la supresión del IAE, la creación de 50.000 empresas, la reducción de la tasa de paro femenino y la incorporación diaria de 700 personas a la Seguridad Social, logros que "garantizan el sistema de pensiones" que el PSPV dejó "en quiebra absoluta". "Yo garantizo la creación de 145.000 puestos de trabajo en los próximos cuatro años", proclamó.

Pla puso en duda las cifras barajadas por Camps, y puso el ejemplo del Servef y la EPA, "que han manipulado". "Si la principal preocupación de los valencianos sigue siendo el paro, será por algo", alegó, mientras que Camps le opuso que no sabía "cómo está la Comunidad Valenciana" porque el 80% del empleo de los últimos años se ha creado "bajo el signo del PP".

- SOCIAL. Camps cuantificó el gasto en políticas sociales en el 80% del presupuesto de la Generalitat. "Vamos a construir más colegios y 12 hospitales, vamos a hacer más políticas para los mayores, 100.000 viviendas para jóvenes, 45.000 plazas de guarderías y 5.000 puestos de personal sanitario", expuso. Pla argumentó que los centros de primaria construidos por el PP no llegaban a la mitad de los construidos en su día por el PSPV y puso el ejemplo de Bernat Soria como falta de apoyo a la investigación. "Ustedes prometieron en el 99 que 56.000 personas mayores tendrían asistencia domiciliaria, y sólo han sido capaces de darla a 7.000. ¿Cómo quiere que la gente pueda creer esas promesas", descargó. Pla reclamó un cambio radical de prioridades, mientras que Camps blandió una gráfica comparada del gasto social a su favor.

Un cara a cara de lado

En la disposición de la mesa en que se realizó el cara a cara, acaso por el diseño del mueble, Francisco Camps y Joan Ignasi Pla fueron situados de lado, con la vista en perpendicular pero dirigida hacia sus equipos de asesores adversarios, lo que psicológicamente era una tensión para los candidatos puesto que no les permitía desarrollar el lenguaje de las miradas cómplices. Camps compareció sin corbata, tan relajado como si saliese de un baño de vapor spa. Demostró saberse los datos al dedillo, pero no logró alejar de sí la sensación de que estuviese recitando de memoria las fichas de una oposición a notarías que hubiese estado empollando en los últimos meses. Camps siempre transmite de lejos este efecto, acaso porque metafísicamente no suda, aunque en el fondo apuntó mejores maneras que en algunos actos de la precampaña. Pla en cambio se puso la corbata, demostró mayor humanidad con sus lapsus y fue más sanguíneo en sus intervenciones, como por otra parte corresponde a un político que aspira a invertir la realidad de los últimos años. Sin embargo, no lograron imponerse el uno al otro en todo el debate.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_